El personal del centro de salud del Tarajal hizo ayer de tripas corazón y fingió la inauguración oficial de las obras de mejora y ampliación del dispensario de la Zona 3, las cuales llevan paralizadas desde hace más de un año y de las que solo se levantaron los cimientos. Los trabajadores del Ingesa han protestado en numerosas ocasiones por la situación en la que desarrollan su labor, con unas instalaciones sin capacidad para absorber a la población asignada y que han quedado obsoletas.
Coincidiendo con Carnaval, la plantilla hizo ayer una parodia de una visita de autoridades procedentes de Madrid a las que se les rinden todos los honores mientras que los profesionales sanitarios y no sanitarios tienen que atender a los pacientes rodeados de ruinas, con la insalubridad que conlleva, y realizando su trabajo en una construcción que está deteriorada.
Un grupo de empleados recibieron al vehículo oficial agitando banderines de España, un coche del que bajó una mujer susceptible de ser una ministra o algún alto cargo sanitario, ayudada por su chófer, y que escondía su identidad tras unas gafas de sol y un sombrero, como si de una actriz se tratara.
Al aproximarse al vallado en el que se encontraba la banda que debía cortar para dar por inaugurada la reforma del centro de salud, un cartel desvelaba la identidad de la invitada: Leire Pajín, quien fuera ministra de Sanidad durante un año en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero –cuya fotografía portaba en la solapa–. Caricaturizaron a la socialista ya que esta obra, que está prácticamente sin empezar, fue su iniciativa.