Las esperanzas de los trabajadores de la empresa de autobuses para no aplicar la decisión aprobada en la asamblea unánimemente de parar las distintas líneas a partir de mañana martes, están puestas en la jornada de hoy lunes.
La única solución que les queda, tal y como reconoce el presidente del comité de empresa, José Antonio Blanco, es que por parte de la Ciudad Autónoma se tome alguna decisión excepcional en las próximas veinticuatro horas para que no se vean en la obligación de tomar la medida de presión anunciada.
No tuvieron ningún tipo de respuesta por parte de la Administración autonómica y, en conversación con el propio José Antonio Blanco, este indica que pudo hablar con la Gerencia de la empresa y que le manifiestan que no podrán pagar el resto de las nóminas del mes de abril. Cabe recordar que hace unos días recibieron el 50% de los sueldos tal y como les habían prometido con anterioridad.
El mismo martes se presentarán a la hora de los respectivos turnos en los garajes de la empresa para indicar que no saldrían los autobuses mientras no tengan la certidumbre de la solución a sus problemas. Pero quieren un arreglo no solamente para lo que pudieran percibir este mes sino una garantía de cara al futuro.
No olvidemos que el mes de mayo, con la aplicación del Estado de Alarma, supondrá unos ingresos mínimos para la sociedad y volverán a encontrarse con la misma dificultad a comienzos de junio.
Destacar que Blanco, igualmente, señala que las penurias económicas ya vienen de atrás por distintas circunstancias: por un lado, se encuentran con la situación creada en la línea 7, la más importante en ingresos, que va hasta la frontera a partir de que Marruecos comenzó con los obstáculos para el paso de los ciudadanos hasta nuestra ciudad y, en segundo lugar, por el retraso que está teniendo la publicación del concurso para la adjudicación del servicio, debido a que desde el pasado mes de agosto finalizó el período de 50 años de la prestación para la empresa Hadu Almadraba. Cabe recordar que por parte de la Ciudad Autónoma ya se manifestó en varias ocasiones que desde Procesa se está realizando un estudio para ver la viabilidad de hacer frente al déficit que se ha generado en estos dos últimos meses.
Además, el consejero competente en materia de Transportes solicitó la semana pasada, al igual que otros responsables autonómicos, la creación de un fondo especial destinado a sufragar la falta de recaudación de las empresas de transportes de viajeros.
El ministro les indicó que habían enviado al Ministerio de Hacienda toda la información relacionada con este nuevo fondo para que se produjera a su estructuración.
Sin embargo, lo que sucede es que el mencionado fondo extraordinario por parte de Transportes, que es no reembolsable, aún puede retrasarse varios meses y ni la empresa ni los trabajadores pueden esperar más tiempo para poder arreglar los continuos problemas económicos que llevan arrastrando desde hace más de un año.
La misma empresa incluso se planteó no presentarse a la licitación que ponga en marcha la Ciudad para la adjudicación del nuevo servicio cuando esté finalizado el concreto pliego de condiciones.
La empresa de autobuses no sabe cuánto resistirá
A lo mejor no hace falta que los trabajadores impidan el servicio de autobuses a partir del próximo martes, sino que es la misma empresa la que asegura que llegará el momento, no muy lejano, en el que sean ellos mismos quienes decidan la paralización de todas las líneas porque no tendrán dinero ni para pagar el combustible destinado a los vehículos.
Las pérdidas que suman a lo largo de los últimos dos meses se aproximan más o menos a los 300.000 euros y con los distintos gastos que van sumando: combustible, seguros sociales o parte de la nómina de los trabajadores están poniendo punto y final al fondo de reserva que tenían contemplado para situación de urgencia.
Nos reconocen que ahora mismo nada más que ingresan al mes aproximadamente unos 30.000 euros como consecuencia del descenso de más del 95% del número de viajeros que cada día cogen el autobús. Pasaron de dieciséis o diecisiete mil usuarios en cada jornada a no más de mil quinientos.
Con el añadido de las dificultades que ya venían arrastrando por la pérdida de ingresos en la línea 7, que era la que suponía la mayor parte de su presupuesto, y que venía a cubrir las pérdidas en otras líneas totalmente deficitarias.
Además se incluye que por parte de la Ciudad Autónoma no se abonaron algunos de los convenios anuales que tienen con la empresa en relación con el pago de los billetes para determinados grupos como mayores o estudiantes entre otros.
Los delegados sindicales seguirán apretando a la empresa hasta no tengan más remedio que cerrarla, sintiendo que esto llegue a ocurrir pero la solución es muy dificil.