No voy a entrar en la polémica del cambio de día de celebración de la cabalgata de Reyes. En esto nunca nos pondremos de acuerdo. Hoy, está claro, si sale el sol y no llueve a mares, el deporte local se basará en poner de vuelta y media a quienes arroparon este cambio de programa basado en demasiadas improvisaciones.
Improvisaciones porque no se ha tenido en cuenta la coincidencia de eventos de importancia como el concierto de Año Nuevo. Una maravilla cultural que ha terminado pisada por este desfile de reyes. De igual manera se buscó, a toda prisa, cuadrar escenarios a donde conducir a sus majestades y, a la vez, callar bocas.
Todos sabemos que el cañonazo de las 12 es tradición en Ceuta, pero no parece que sea lo más ajustado al público infantil colocar a Melchor, Gaspar y Baltasar viendo cómo la consejera tira de cañón.
Y hacerlo además en una fortaleza del Hacho antiguo presidio.
Eso parecía más bien un escenario preparado para la campaña de imagen política que para el público que espera, más que nadie, a los reyes. Ese público son los niños, creo que en demasiadas ocasiones lo olvidamos.
Metemos con calzador la cabalgata en un programa cambiado, oscurecemos el brillo de otros eventos, ajustamos la agenda de los Magos a los gustos particulares tirando de bandera y ejército… y para colmo seguimos cayendo en lo mismo de todos los años: el Baltasar pintado.
Así se cierra un programa de Navidad 2024/2025 lleno de luces de gatitos, pelotitas, cajitas y muchos colores, repleto de pasacalles absurdos que coincidían con horarios escolares, con una polvoroná infantil en la que se repartía anís…, pero sin nada de lo que es realmente la Navidad.
Cada vez más se obvia lo que se celebra y conmemora. Ya ni la Autoridad Portuaria inaugura su Belén y para colmo vemos a los reyes celebrando cómo se dispara un cañón. No sé, algo está pasando.
Lo de los Reyes Magos viendo lo del cañonazo ya deja ver qué tenemos unos políticos y responsables de festejos que dejan mucho que desear, como más o menos todo lo que hacen.
Lo de adelantar la cabalgata ya veremos por donde le sale.
Lo de meter con calzador los programas y actos es otro tema importante.
Festejos deja mucho que desear.
Lo mismo que ocurre con toda la gestión del Teatro del Revellín un dineral gastado que podía ir a parar a casas mucho más necesarias que Ceuta necesita