Cruzar el charco, cambiar de país y de continente está hecho para muy pocos, para valientes. Es lo que han tenido que hacer jugadoras de balonmano para cumplir su sueño en Ceuta. Dejar atrás seres queridos, tus raíces y todo lo que conlleva no es nada fácil para las protagonistas de esta historia, que dejaron su Buenos Aires natal para dedicarse profesionalmente a lo que aman: el balonmano.
Oriana Mato es de Villa Urquiza, un barrio residencial de la capital argentina. Allí el balonmano se practica de forma no profesional y esta será su primera experiencia internacional fuera de Argentina. Se muestra ilusionada con esta nueva etapa: “Mis primeros días fueron muy intensos, ya que el estar lejos de casa y sobre todo los horarios... no estás acostumbrada pero con el paso de los días me he ido adaptando mejor”, afirma Mato.
Siempre que hay jugadores de la misma nacionalidad en la plantilla y alguien viene nuevo a integrarsea por lo que la adaptación y aclimatarse es mucho más fácil. Es por eso que a Oriana no le ha supuesto “mucho” meterse en el equipo ya que la acogida por parte de la plantilla y en concreto de las jugadoras argentinas le ha hecho mucho más fácil acomodarse en Ceuta.
Llama la atención que alguien que juegue en categorías no profesionales de Argentina deje todo y venga a la ciudad autónoma, en el norte de África, para ser profesional: todo sea por el sueño de jugar al balonmano: “El hecho de que haya argentinas en el equipo ha sido una decisión primordial, el compartir costumbres y estar con ellas a diario te hace mucho más fácil el estar en una ciudad y un país nuevo”, expresa la nueva jugadora del BM Estudiantes.
Lara Méndez es natural de José León Suárez, una localidad al norte de Buenos Aires donde la argentina ha desarrollado el balonmano desde que era pequeña, hasta estuvo en una preselección con la selección argentina pero no llegó a debutar. Méndez es una de las capitanas del equipo y es su segunda temporada en las filas del Estudiantes. La temporada pasada consiguieron el ascenso a División de Honor Plata como colofón a una dura campaña donde las de Larbi Ahmed se hicieron con la gloria.
Este recuerdo “fue estupendo, las chicas y el equipo lo dieron todo, estamos muy felices e ilusionadas de encarar esta nueva temporada”, subraya Lara. Se espera que haya “muchos rivales difíciles y una cantidad grande de partidos pero servirá un aprendizaje para todas y espero que nos vaya bien en los partidos”, expresa la jugadora.
La diferencia principal entre el balonmano de Argentina y el de España es que “aquí te pagan por jugar, cobras un salario, allí no. Allí tienen que pagar las jugadoras para disputar los partidos y entrenar con el club, aquí en España es profesional”, indica Lara.
Otro factor que hace diferente este deporte en ambos países es el de los viajes ya que en Argentina viajas solo a la provincia de Buenos Aires “y se tarda una hora” y en España son más horas de viaje: “A Madrid puedes tardar seis perfectamente”, subrayó Lara.
La afición de Argentina es característica por sus cánticos y por alentar incondicionalmente a sus equipos, algo que en España “no notamos tanta diferencia, la afición lo que nos mostró en la fase de ascenso es que estaba volcada con el equipo y eso es de agradecer”, finalizó Méndez.
De esta forma, arranca una nueva temporada con mucha ilusión y esperanza para las jugadoras del BM Estudiantes, donde ambas esperan dar un salto en sus carreras deportivas.