Fui con mi abuela al lugar donde más le gustaba, consultar a una mujer sobre los secretos que nos tiene escondido nuestro futuro.
Aunque yo ya había tenido muchos encuentros con mi abuela, sobre el perder el tiempo en ir a consultar el oráculo del futuro, ella siempre me decía: " que era para prepararse y buscar esa sonrisa de sorpresa, que no tenía ninguna, al saber lo que le podía venir en el mañana".
Yo no estaba muy seguro de la veracidad de aquellos lugares, pero mi abuela confiaba en mi discreción y yo la verdad que tenía mucho miedo de esas cosas y por eso no comentaba nada, de nada, de las palabras que decían en aquel lugar.
Pero un día se me quedó muy grabado, y fue cuando consultó sobre mi futuro.
Yo la miré a los ojos, y ella con el dedo índice puesto en sus labios me puso en aviso que guardara silencio.
"?En cuántos cortes molda la naranja?", y yo mismo le dije que en una, ya que mi abuelo me enseñó hacerlo así.
Y unas palabras de la pobre anciana que sus ojos eran blancos, según mi familiar, por ser invidente, fueron casi una loza para mí: "entonces solo conocerá a una mujer, que será su pareja para siempre".
Pero en ese momento vi como sus ojos blancos desaparecieron y cogió un bolígrafo y empezó a escribir en un folio. Yo no podía con esa escena y me agarré a las manos de mi abuela, y noté que ella también lo hizo y con fuerza, y sus ojos estaban bien abiertos, mirando como aquella señora escribía. Fueron unos minutos de mucho silencio y mucha tensión en aquella habitación y cuando terminó su escritura, una joven, con los ojos azules, muy guapa y joven, empezó a leer lo que había escrito aquella mujer.
Todavía me acuerdo, como si fuera un texto de un gran autor de todas las palabras que dijo aquella muchacha:
"Mi joven amigo, conocerá una muchacha, que será signo de unión de dos pueblos cercanos, su amor será tan verdadero, que jamás será igualado".
Mi abuela empezó a llorar, yo estaba sorprendido, ¿aquello qué podía significar?, y durante muchos años estuvieron esas palabras rondando por mi cabeza.
Jamás pude pensar en lo que me podía deparar el futuro y fue verdad, como es lógico en el futuro de una persona que nunca pensó en que podía ser verdad unas palabras de una señora, que aunque tenía mucha clientela, pero yo siempre la califiqué de: charlatana.
Bonita revelación de un hombre con muy avanzada edad y que durante sus palabras se notaba una profunda emoción.