A estas alturas de la película seguro que en la Comandancia se estarán preguntando eso de ‘dónde van a poner el huevo’. Después de que Vivas el candidato se dejara ver por la desangelada Hadú, una barriada que entre todos se han encargado de ‘matarla’, se nos anuncia que no, que el PP no apoyará el traslado de los agentes al Pabellón de las Heras, sino que los dejarán en algún lugar más digno de este barrio. El PP es libre de querer y aspirar a lo que sea, pero existe ya un proyecto y una partida del Gobierno de la Nación para hacer lo que se tenía que haber llevado a cabo hace muchos años: un traslado digno para unos guardias civiles que están trabajando y viviendo en una gran Comandancia patera. En campaña parece que todo se permite, hasta decir una serie de mensajes carentes de fundamento, como si la dignificación de las instalaciones de nuestras fuerzas de seguridad se redujera a una mera anécdota para incluir en el programa de partido. Vivas se dejó llevar por el sentimiento patriótico tan apropiado/usurpado por el PP que debió pensar que hasta el destino de una fuerza de seguridad depende de la alcaldía de la noble y siempre leal. Vaya. Si fuera así, con lo enamorados que están de las medallas y las formaciones, seguro que ponían a desfilara los guardias civiles todas las mañanas por la recién estrenada Gran Vía. A la Benemérita hace ya muchos años que se le tenía que haber dado su espacio. No ha sido así. Se ha permitido el paso del tiempo a base de parcheos, dejando en pie una de las instalaciones más viejas. Lo mismo le sucede al CNP. No sé cómo el ministro de Interior, Grande Marlaska, pudo aguantar la vergüenza después de entrar, en su visita a Ceuta, en una de las Jefaturas mantenidas en peores condiciones en este país. Indignante. Pero bueno, en elecciones todo vale. Hasta que Vivas prometa dejar a la Benemérita en el barrio, cargándose todo el proyecto previo y los trámites iniciados por el delegado del Gobierno socialista que tanto protegían. Somos así de diferentes. Debe ser que todo vale.