Aún resuena el trueno que supuso la irrupción en la escena española de Carmina Barrios de la mano de su hijo, Paco León, que conocía bien la mercancía humana, y que sabía que la pieza tiene una naturalidad innata única que le permite no ser intimidada porque una decena de cámaras la estén grabando cuando esté diciendo algo que le han escrito. Como en el salón de su casa. Y hasta hoy, que sigue instalada películas y programas de televisión después, en la piel de figura pública. Sin embargo, y yendo ya al grano, Carmina no hay más que una, y la apuesta de Daniel Guzmán de presentarnos en sociedad a su amigo de la infancia (todo un pieza y figura sin duda debe de ser), no ha salido igual.
El hecho de haber contado para el reparto con mayoría de actores no profesionales, con la salvedad del mismo Guzmán, que se guarda un papel coprotagonista y de Luis Tosar, algo extraño en papel cómico, ha lastrado con total seguridad una apuesta por la interesante óptica tragicómica a lo Berlanga de la mal llamada “España de la picaresca”, término que viene a querer decir de los buscavidas simpáticos y caraduras que no pretenden asesinar a nadie pero no se libran por ello del cartel de delincuentes. Porque el asunto es que el susodicho amigo, Joaquín González para ser más concretos, evidencia unas carencias actorales cósmicas, recitando con dificultad y de memoria unos diálogos que parece estar leyendo siempre, y eso en caso de que el respetable sea capaz de enterarse de lo que está diciendo el tipo, que aparenta ser medio lelo en vez de la nueva estrella emergente que pretenden de él, y tiene la dicción de una vieja sin dentadura comiendo polvorones. Y es una pena, porque los diálogos están cuidados, la producción también, el proyecto destila cariño y dedicación, y cada vez que aparecen en escena Daniel Guzmán y Luis Tosar el espectador respira los únicos momentos que no son de cartón piedra, a la vez que saca los colores al resto del elenco principal.
La producción es fresca, humilde pero valiente, retrata una sociedad quinqui, voraz, con algo de inocencia, de extrarradio del de verdad, reflejado todo ello en un grupo de amigos que se creen más listos que nadie y se embarcan en un dislocado plan de estafa con mafiosos y bancos de por medio que ni Robert Redford y Paul Newman en El Golpe… Evidentemente, todo va a salir como el rosario de la aurora, “como el mismísimo culo”, en el argot de la película, y nos llevará con la sonrisa puesta durante los irregulares 96 minutos de metraje que, eso sí, van ligeramente de menos a más.
Podía haberle salido mejor la apuesta a Guzmán por la naturalidad, y parece mentira (más siendo actor, y no de los malos), que no tenga claro que precisamente el camino más seguro para lograr dicha naturalidad en el oficio, es fingirla. Se llama actuar y hay profesionales que lo hacen muy bien en España.
Puntuación: 5
La ficha
Dirección: Daniel Guzmán.
Año: 2022.
País: España.
Duración: 96 min.
Género: Comedia urbana costumbrista.
Intérpretes: Joaquín González, Luis Tosar, Daniel Guzmán, Luis Zahera, Julián Villagrán, Miguel Herrán, Antonio Durán, María Jesús Hoyos...
Guión: Daniel Guzmán.
Música: Vicente Ortiz Gimeno.
Fotografía: Ibon Antuñano.
Productora: Movistar+ y otras.
Estreno en España: 01/04/2022.