La Guardia Civil la ha bautizado como Operación Yebala, en alusión a los montes de Marruecos en donde se ocultan los inmigrantes antes de su entrada a Ceuta. Un nombre para encuadrar al operativo que se ha saldado con diez detenidos este miércoles,
tal y como ha adelantado El Faro, para completar las investigaciones iniciadas tras el radical salto del 26J que terminó con 22 guardias heridos.
Los diez arrestados, procedentes de Togo (1), Camerún (2) y de la República de Guinea (7) están acusados de organización criminal, ya que Policía Judicial de la Guardia Civil ha valorado en sus indagaciones que funcionaron así. Con un líder, el que esta mañana no dudó en
agredir a un GRS, y con un lugarteniente, su número 2. Los dos plenamente identificados después del salto del 26 de julio y controlados por la Guardia Civil que ha trabajado ajena a presiones.
Y después de esta cúpula, en la jerarquía aparecerían 8 jefes de grupo. Ellos llevaron a cabo labores de dirección de los demás subsaharianos, los que les indicaron cómo cortar la valla u organizaron el final de esa agresión preparada: el lanzamiento de cal viva, ácido y heces.
De los más de 600 subsaharianos que entraron hubo quienes se apostaron en los flancos para evitar que la mehanía llegara al centro, desde donde otros se dedicaban a atacar a los guardias.
Tras su entrada al CETI, la Policía Judicial comenzó a investigar las cámaras del COS y a contar con la colaboración de inmigrantes que no fueron violentos, culminando así la operación.
El líder
El presunto jefe del grupo, un exguerrillero procedente de Togo, no ha dudado en atacar a un agente tras su detención; es señalado como un antiguo militar muy “peligroso”. Estaba marcado después de que la Benemérita pudiera identificar a todos los inmigrantes y sobre él existía una especial atención para evitar su fuga.
Algo que pudo ocurrir a raíz de la
histórica devolución de inmigrantes a Marruecos en este mes de agosto, pero que se ha evitado adelantando la operación Yebala.