Fue una de las operaciones más brillantes de las llevadas a cabo por la Guardia Civil de Ceuta y Vigilancia Aduanera. Lo fue en una época en la que resultaba complejo poder hilar unos movimientos económicos desmedidos con un origen ilícito: el tráfico de hachís. Pero se consiguió lo que parecía imposible: la cuadratura del círculo, asestar un duro golpe a la infraestructura que sostenía el narcotráfico y facilitaba el blanqueo de capitales.
Cientos de embarcaciones fueron intervenidas tanto en un puerto deportivo que se había convertido en el paraíso para las planeadoras como en garajes y fincas. Gozaban de la titularidad de los llamados hombres de paja, personas que prestaban su identidad para darle la cobertura necesaria al narco, al jefe del negocio de la droga, quien lograba así no dejar rastro.
Se cumplen 20 años de la bautizada como Operación Marinas, una actuación que fue todo un referente en la lucha contra el blanqueo de capitales en Ceuta, en una época falta de medios en la que el trabajo y el empecinamiento de unos pocos se aliaron para desmantelar los pilares que sostenían el narcotráfico hasta haber convertido la ciudad en una base logística para el abastecimiento de lanchas y pilotos que gozaban de una aparente impunidad. A la Operación Marinas le siguieron otras en la Península que mantuvieron su nombre.
Los titulares de los medios de comunicación de la época reconocieron el trabajo que nunca hasta ese momento se había realizado. Fueron jornadas de labor sin descanso, de detenciones, de decomisos... así hasta llenar el depósito municipal de Benzú de gomas que habían terminado por formar parte del panorama asimilado como algo normal en la ciudad.
Paralelo a ese tráfico de drogas a gran escala, se asistía a una inusual venta de artículos de lujo, de vehículos de alta gama o de náutica. El trabajo minucioso y al detalle que se llevó a cabo logró lo impensable: en mayo de 2002, decenas de agentes tomaron el puerto deportivo y empezaron a llevarse todas las semirrígidas atracadas en el recinto. Del puerto se pasó a un barrido al detalle de todos los puntos en donde había más ocultas. Ese operativo llegó al ámbito judicial con condenas ejemplares dictadas por la Audiencia de Ceuta y ratificadas por el Tribunal Supremo. Se hizo un trabajo que quizá no obtuvo el reconocimiento debido.
"Aquella actuación comenzó con un cruce informático de datos en donde se vio claramente que había personas que no tenían nivel económico ni ingresos suficientes como para justificar que eran propietarias de embarcaciones de alto nivel y precio. Eso ya era suficiente para entender que había un blanqueo, que es un delito que está tipificado en el Código Penal y ha ido modificándose su redacción a lo largo del tiempo. En aquella época, año 2002, estaba la redacción original del Código Penal de 1995. Para que fuera un delito tipificado en el Código Penal -porque un blanqueo en principio es una infracción administrativa-, tenía que estar relacionado con lo que en aquella época se decía un delito grave", recuerda el magistrado de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, Fernando Tesón. El narcotráfico lo era.
La clave para conseguir condenas de envergadura era lograr esa vinculación entre la aprehensión de una lancha y el tráfico de estupefacientes cuando resulta que muchos de sus titulares no tenían siquiera antecedentes por delitos contra la salud pública. Fueron intervenidas unas 400 embarcaciones que no eran propias para la pesca, aunque esa fuera la excusa que todos ponían para justificar su posesión. "Se produce una intervención importante y se incoan unas diligencias previas", añade el magistrado, practicándose las investigaciones necesarias para poder alcanzar esa relación. Tesón, quien firmó decenas y decenas de condenas enmarcadas en la Operación Marinas, reconoce cómo la Guardia Civil logró "hacer una labor importante para investigar" este asunto.
"Nosotros teníamos que construir una prueba de presunciones en la que a través de indicios se podía vincular, por ejemplo, la trayectoria de la propia embarcación o las vicisitudes que había podido sufrir esa embarcación concreta en cuanto a que podía haber sido intervenida en una acción relacionada con drogas, los antecedentes de quienes iban en esa embarcación, los que la conducían, los que la manejaban... Esa investigación se nos trajo a través de la testifical de un miembro de la Guardia Civil. Fueron muchos juicios" y cuantiosas condenas que, en esencia, fueron confirmadas por el Tribunal Supremo. Tesón reconoce que, como "prevención general y especial", con la 'Marinas' "se terminó con ese modus operandi de personas relacionadas con el tráfico de drogas".
Aquel miembro de la Benemérita que tuvo que acudir a decenas de juicios durante semanas y semanas, que se sabía de memoria cada una de las intervenciones, la historia de cada embarcación y los detalles para vincular al acusado con un delito de blanqueo, era el agente Torres, miembro de la Policía Judicial. La Audiencia se convirtió prácticamente en su segunda casa, acudía prácticamente a diario y declaraba en todos los juicios señalados, que fueron cientos y todos vinculados a la 'Marinas'. La historia de lo que fue aquella operación la recuerda sin pestañear. Constituyó todo un logro para la Guardia Civil con un efecto inmediato en la mejora de la propia seguridad ciudadana de una Ceuta en donde la exhibición del dinero procedente del tráfico de drogas era una constante aún recordada por los más antiguos.
"Para la Guardia Civil esto de hacer una vinculación con el narcotráfico" fue algo "pionero". "Fue una satisfacción grande porque fue una labor tediosa, acudía 4 días a la semana con 5 juicios diarios, llegaba a las diez de la mañana y me daban las tres en la Audiencia. Todos los juicios eran para mí y así fue durante 5 años", rememora.
El trabajo fue complicado y si bien no se llegó a la cúpula del narcotráfico sí que se pudo terminar con unos pilares que, quebrados, desestabilizaron el negocio, herido de muerte.
"Los acusados" que llegaron a sentarse en el banquillo de la Audiencia "eran el último eslabón de una infraestructura perfectamente montada, eran personas sin medios, muchos de ellos adictos a la droga. Por eso salta a Vigilancia Aduanera esa cuestión, en ese cruce informático se pudo comprobar que eran personas que no podían adquirir esas embarcaciones. Fue una actuación importante y efectiva", reseña el magistrado Tesón.
Las condenas llegaron una detrás de otra hasta el hecho de que Ceuta fue, judicialmente hablando, conocida por esta cuestión debido al elevado número de procedimientos realizados y la confirmación dada por el Alto Tribunal. La instrucción se hizo al detalle y el resultado del trabajo marcó un antes y un después en torno a un delito de difícil demostración judicial.
Los orígenes de ese trabajo final los recuerda perfectamente el agente Torres. 20 años como si fuera ayer. "La Guardia Civil llevaba unos años con las patrullas terrestres haciendo un control muy estricto del puerto deportivo, con identificaciones de todo. Éramos ajenos a la labor que estaba haciendo Vigilancia Aduanera porque las diligencias iniciales eran peninsulares. En abril de 2002 desembarcan sus agentes para sorpresa de todos y empiezan a intervenir embarcaciones en el puerto deportivo. Fueron 57 embarcaciones en una mañana y dos detenidos. Pero había un problema, ellos tenían controladas unas 120 y les faltaban más de la mitad. Recurrieron a la Comandancia de Ceuta y vinieron a preguntar si teníamos conocimiento de ellas o de dónde podían estar. Gracias al control tan estricto que tenia la Guardia Civil conocíamos todo: las infraestructuras, los movimientos... y se ofreció a Vigilancia Aduanera facilitarle los garajes donde guardaban las embarcaciones, los puntos de incidencia... En un par de días nos dedicamos a lo que fueron registros y demás con 70 embarcaciones, motores, todoterrenos, motos de agua... Fue muy llamativo porque no se había visto en Ceuta ese operativo con tanto coche, grúas, barcos...".
Se estaba escribiendo la mayor operación contra el blanqueo conseguida en la ciudad pero había que lograr la vinculación con el narcotráfico para que no quedara en una mera infracción.
"Ahí es donde participa activamente la Guardia Civil. Una embarcación no intervenida con droga era difícil" de relacionar con ese delito. Fue entonces cuando se optó por lanzar un globo sonda, estudiar el enfoque que se le iba a dar al operativo para conseguir unas sentencias ejemplares, como así se logró. Aplicando el refrán de "dime con quien andas y te dire quien eres", recuerda Torres, "empezamos a ver las embarcaciones, tripulantes, sus vinculaciones, los barcos usados...". Guardia Civil y Vigilancia Aduanera trabajaron de la mano y toparon con "lo complejo: la Guardia Civil tenía todos los archivos en formato papel. Hubo que desmontar 365 días al año por 4, día a día. Eso nos llevó casi 8 ó 9 meses, fueron 7 años de instrucción, más los flecos que fueron saliendo" con cientos de embarcaciones intervenidas. Pero se consiguió lo que se buscaba y el resultado de todo aquello fue la eliminación de las bases de un negocio que amenazaba con echar raíces en Ceuta.
Se comprobó el historial de todos los hombres de paja, los ingresos que tenían, comprobándose que generalmente no habían trabajado nunca por lo que difícilmente podían tener lanchas a su nombre, motores o vehículos. "Teníamos la primera pieza, el origen ilícito. El investigado tiene derecho a no declarar y a no decir la verdad, es difícil que diga quién es el responsable, aunque se sepa quién es el verdadero propietario es imposible llegar a ellos siempre y cuando la persona responsable de la embarcación no declare. No llegamos a él, nos quedamos por debajo porque no puedes culpar a una persona si no tienes indicios, no se montan en los barcos, ni están implicados con las personas titulares", pero sí perdieron las propiedades.
"Fue importante porque a nivel de jurisprudencia no había en el marco europeo unas condenas que avalaran por las cantidades por las que se les imputaban", lográndose demostrar la existencia de un blanqueo a pequeña escala.
"Este caso fue impactante porque Ceuta era una ciudad de infraestructuras, una base dedicada a facilitar embarcaciones y tripulaciones, era muy poderosa por el volumen" de lanchas que llegó a concentrar. Todo aquello se erradicó produciéndose un efecto importante en la ciudad y en los sectores que estaban creciendo al calor del narcotráfico. Se cerraron los puntos de suministro, la logística que con total impunidad estaba creciendo en Ceuta. "Fue un gran logro erradicar la lacra que generaba inseguridad ciudadana en el mar, en Ceuta con disparos, atropellos y coches dándose a la fuga".
Muchos de los que desfilaron por la Audiencia eran jóvenes que ganaban muy poco dinero con sus trabajos, adictos a las drogas, analfabetos... Les ofrecieron ganar un dinero mensual solo por permitir que las propiedades de otros estuvieran a su nombre. Y picaron. Lo hicieron tantos que Ceuta se había convertido en el lugar ideal para que los jefes de la droga disfrutaran de la cobertura necesaria para escapar de cualquiera acción de las fuerzas de seguridad.
Muchos de ellos pagaron con 4 años de cárcel. Los demás, con el paso del tiempo, fueron recibiendo condenas inferiores. Fueron procedimientos y procedimientos que llenaron los juzgados.
En prensa, la Agencia Tributaria valoró la operación en 1.000 millones de pesetas. Llegó en unos momentos de importante presión mediática sobre todo con las denuncias constantes de la asociación Coproper 6J, que llegó a difundir a través de este periódico el conocido como Informe 109, en el que se recogía la desvergüenza de los narcos para disponer de medios de navegación así como el modus operandi que seguían para cambiar de piloto en el mar y ocultar las cargas de droga. Las mafias se habían hecho fuertes hasta el punto de incurrir en continuas burlas. Flaquearon por donde menos pensaban, el golpe que terminó desestabilizándolos llegó atacando sus medios para hacer dinero, dejándolos sin lanchas, sin vehículos, sin motores. La huida fue clara y la infraestructura se trasladó a las costas peninsulares y a Marruecos. La 'Marinas' fue un referente de los que muy pocos hoy se acuerdan, pero pasará a la historia por escribir las bases del golpe más estudiado.
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