La han llamado Operación Etxea. Casa, en euskera. Así se bautizo al operativo llevado a cabo en Ceuta contra el negocio de los narcodrones y del que este jueves ha informado de manera oficial la Guardia Civil. La fase estelar de la investigación se llevaba a cabo ayer, con las entradas, registros y detenciones de implicados, pero se estaba trabajando en este asunto desde junio. El objetivo no era otro que desarticular la red que trasladaba a Marruecos alprazolam y clonazepam y recibir de vuelta hachís.
Desde hacía tiempo la Benemérita iba interceptando drones. Y es que en eso se centró la primera fase del operativo en hacerse con el mayor número de elevadores dedicados a este fin, “evitando de esta forma la actividad delictiva”, explican. La segunda se centró en “mitigar el abastecimiento de los comprimidos que enviaban y que adquirían en la Península”.
Hasta la fecha, los agentes encargados de la inhibición de drones han recuperado un total de 46, de los que 16 puede constatarse de forma fehaciente que eran utilizados y manejados por la organización desarticulada.
“La operativa de aterrizaje y despegue de los RPA,s para cometer estos actos ilícitos se llevaban a cabo desde la barriada del Príncipe Alfonso, circunstancia que por su trazado urbano dificultaba las labores de investigación y actuación de los integrantes del Cuerpo dedicados a estas labores”, detalla la Benemérita.
Con respecto al abastecimiento de las sustancias psicotrópicas, se consiguió con los operativos establecidos en el desembarco de vehículos de los ferry procedentes de Algeciras, la detención por un delito contra la salud pública de dos personas, naturales y vecinas de Ceuta, interviniéndose en el primer caso un total de 7.185 comprimidos de clonazepam y 440 de alprazolam, y en el segundo la aprehensión de 69.210 comprimidos de clonazepam. De estas cargas fue informando este periódico, su destino era pasarlas a Marruecos. La red se quedaba así sin posibilidad de hacer envíos porque no tenía material.
Este tipo de pastillas es empleado en el vecino país para hacer el karkubi, la droga de los pobres como se le llama. De hecho en Marruecos se habían localizado ya algunos elevadores con estas cargas.
Como consecuencia de la presión de estas dos líneas de actuación, en las últimas fechas, la organización criminal, modificó y amplió su modus operandi, aprovechando otras vías de acceso a la ciudad más directas, utilizando una embarcación tipo patera que procedente de Marruecos fondeó, en la bahía sur y de forma accesible desde la zona costera, 73 kilos de hachís, procediéndose a la detención de los 3 marroquíes que habían cooperado en meter el hachís de esta forma.
Del mismo modo, en la línea de playa, se procedió a la detención de otras tres personas, naturales y vecinos de Ceuta, que se encontraban presuntamente esperando para la recuperación de los fardos intervenidos, y a los que se les encontraron un total de 36.612 comprimidos de ambas sustancias psicotrópicas y que de no haberse procedido a la actuación inmediata de los componentes de esta Comandancia, podrían haber sido utilizado como intercambio de las sustancias aprehendidas.
Este miércoles se procedió a la explotación final de la operación en la barriada del Príncipe, efectuándose con los correspondientes mandamientos judiciales la entrada y registro de cuatro viviendas, altillo y trastero, lográndose la detención de dos personas que podría formar parte de la cúpula de la organización criminal.
En la actuación, se ha intervenido distinta documentación para su estudio, una escopeta de aire comprimido y dos pistolas de balines, además de teléfonos móviles y todo cuanto de interés pudiera ser de interés para el desarrollo de la acción investigativa y esclarecimiento de los hechos.
En resumen, la operación se ha saldado con la detención de 10 personas –ya que la Guardia Civil cuenta como parte de la misma a los detenidos con anterioridad con las pastillas y el hachís- y la puesta en busca y captura de otras que podrían tener una relación directa, además de la intervención 125.625 comprimidos de clonazepam, 13.490 de alprazolam y 77.341 gramos de hachís.
A la operación que se llevó a cabo en febrero de este año, que vino a desestabilizar una organización dedicada al pase de drogas en drones, se suma este operativo en el que la Benemérita ha trabajado sin descanso. Detrás de la intervención en sí hay muchísimo trabajo de investigación, de comprobar las rutas de los drones, de intentar vincularlos con los implicados en ese intercambio de mercancía a ambos lados de la frontera.
El hachís en pequeñas cantidades alimentaba el negocio, a cambio llegaba a Marruecos pastillas. Era una vía de negocio constante que empezó a hacer aguas, debido a los elevadores derribados por los agentes, lo que hacía que la organización ya no dispusiera del material necesario para sacar dinero y rápido.
Por eso buscaron otras vías para seguir manteniendo activo el negocio, y así fue como intentaban controlar pequeñas entradas de mercancía y sacar pastillas. Lo que no contaban era con que la Guardia Civil ya estaba trabajando sobre el origen de esos pequeños alijos intervenidos para intentar vincularlos con su acción constante.
El negocio del narcodrón ha recibido un golpe importante, pero la Guardia Civil sabe que se trata de un negocio que ha venido para quedarse.
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