La Delegación del Gobierno ha hecho la valoración oportuna tras la finalización de la Operación Paso del Estrecho, el más ambicioso movimiento de personas y vehículos que ha terminado sin incidencias de gravedad. Eso es bueno, porque significa que poco a poco las cosas se van haciendo mejor. Cierto es que el problema de las colas persiste, pero de igual manera se ha evitado el antiguo colapso de toda la ciudad con aquellas imágenes de bloqueo absoluto en la carretera del puerto o en el centro, amén de los disturbios que se ocasionaban a los usuarios del hospital o a los residentes en barriadas próximas a la frontera.
Hoy esas imágenes no existen, y debe valorarse que se ha llevado a cabo un trabajo al detalle que se enfrenta a nuevos retos para el año venidero. Entre ellos, está la necesaria combinación con la denominada frontera inteligente y de qué manera se tendrán que articular los mecanismos necesarios para evitar problemas.
En 30 años de OPE no ha sido necesario activar medidas de emergencia, y además se ha conseguido que Ceuta se consolide como uno de los puertos más importantes a nivel nacional.
Como se cuenta lo malo, lo mismo se tiene que hacer con lo bueno y en este caso se tiene que destacar la manera en que se ha gestionado el tránsito de pasajeros y vehículos en las dos fases que se incluyen en el desarollo de este operativo.
Avanzar en positivo es la clave para una OPE normalizada. El éxito radica en que ni nos demos cuenta de que existe.