El Observatorio del Norte de Derechos Humanos (ONDH) afirma que el aumento de llegadas desde Marruecos a Ceuta de menores no acompañados a través del mar no es más que la demostración del fracaso de Marruecos “para proteger e integrar socialmente a esa categoría”.
El presidente del ONDH, Mohamed Benaisa, señala que "desde 2016, ha aumentado el número de menores que intentan entrar a Ceuta nadando”, asegurando que esto “refleja el fracaso de los programas destinados a proteger e integrar socialmente a los jóvenes en Marruecos”.
Según Benaisa, es un fracaso “tanto del Estado como de las familias".
El presidente del ONDH explica que se trata de una crisis social y de derechos humanos, “mientras que el Gobierno marroquí se limita a soluciones de seguridad mediante el refuerzo de la vigilancia fronteriza, sin una visión para una solución integral”.
Sobre los participantes en la acción migratoria de bajo coste, precisa que “son de ambos sexos y tienen entre 15 y 30 años”, añadiendo que “no todos los que entran a Ceuta son devueltos, especialmente los menores que gozan de protección internacional, lo que crea un efecto llamada”.
Dice que se ha observado en los últimos meses un cambio cualitativo en la migración a nado hacia Ceuta, pasando de iniciativas individuales a organizarse en grandes grupos de entre 100 y 200 personas para desorientar a las autoridades.
"Cuanto mayor es el número de participantes mayores son las probabilidades de éxito"
Benaisa destaca adicionalmente que las autoridades de seguridad marroquíes “han establecido barreras a tres kilómetros de Ceuta y prohíben a las personas acercarse a las playas cercanas, pero debido al gran número de participantes, no han podido evitar que decenas entren nadando a Ceuta aprovechando la niebla y la calma del mar”.
Explica que estas operaciones se coordinan a través de las redes sociales, “ya que cuanto mayor es el número de participantes mayores son las probabilidades de éxito”.
Insiste en que la llegada de menores y adultos migrantes desde Marruecos a través del mar “ha sido una constante”, indicando que se trata de “personas que se arriesgan a cruzar a nado, algunos ayudados por flotadores, para alcanzar la costa española bordeando el espigón del Tarajal”.
El continuo goteo de llegadas de migrantes ha provocado que los recursos de la ciudad autónoma de Ceuta para atender este fenómeno estén prácticamente colapsados.
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