Rafa Morata es una persona de cine: Maestro, sindicalista, compañero en el pleno sentido de la palabra, rojo hasta la médula y cinéfilo apasionado.
Nunca pasa desapercibido aunque no quiere ser el protagonista de nada. Esconde en su timidez una personalidad todoterreno: música, docencia, moda, cocina, agitador de conciencias, comprometido, solidario y, sobre todo, una buena persona cuya fuerza reside en su bondad.
Lo mismo lo ves en una manifestación con el puño en alto, disfrutando de las ocurrencias de sus alumnos, saboreando productos de la Despensa de Marta o luciendo la ropa de desigual.
Su pasión es el Cine, la gran pantalla, el sabor a palomitas, la luz del interna del acomodador y el león de la metro rugiendo tres veces dando paso a los títulos de crédito.
Así recuerda su infancia, los años que descubrió el escondite perfecto en los paisajes, la música, los protagonistas del séptimo arte. Entraba en los cines encaminándose a la luz proyectada en forma de los antiguos fotogramas del celuloide.
Así, Rafa, nos prestó sus ojos y sus emociones para ponernos EL CINE POR DELANTE, un cineclub apto para ver más allá del cine comercial, para indagar en la filosofía, en la metafísica de la estética, historia, literatura, arte, amor y todo lo que aparece invisible a primera vista hasta que Rafa toca su barita mágica.
La biblioteca abre sus puertas y brinda está posibilidad de encuentro.
Luis Buñuel, François Truffaut , Jacques Becker, Rainer Werner Fassbinder, Aki Kaurismäki, Fernán Gómez, Juan Antonio Bardem, Luchino Visconti, japoneses Akira Kurosawa y Mikio Naruse, inclasificables como Max Ophuls o Zulawski.
La elección de títulos es plenamente subjetiva, casi egoísta.
Nos dice Rafa: “La elección obedece a mis gustos y mi amor por el cine de autor y sus más grandes representantes o mi predilección descarada en el melodrama, el más pasional de los géneros que existe".
Cine fracés, italiano, alemán, japonés, español; Todos cuentan a través del tiempo el espíritu del ser humano en sus distintas perspectivas: amores, odios, represión, censura. En definitiva, un canto a la libertad de expresión, un canto a la vida que sale al encuentro por cualquier sitio.
Citar a Fassbinder como homenaje a Rafa es de obligado cumplimiento:
El melodrama nos da la libertad de admitir nuestra emoción o, si queremos, también reírnos de ella.