Mi mejor amiga, decidió marcharse rompiéndome el alma en mil pedazos.
Hace seis meses de la ultima vez que te vi...siento el mismo dolor que aquel día.
No puedo sacar de mi mente ese último momento.
Tampoco puedo sacar de mi mente tu carita, tus ojos, tu manera de hacerme saber que querías jugar o querías un regalito, como corrías por la casa jugando con Gordo, Boli y Thor, como me escondía y me buscabas jugando al escondite… pero lo que menos puedo sacar de mi mente es cómo te encantaba la arena de la playa, te llenabas los ojos, la nariz y la boca de arena, porque te encantaba hacer la croqueta y echarme arena siempre encima.
Sigo buscándote por la casa, sigo esperándote para dormir y sigo mirando cada rincón esperando verte.
Daría mi vida entera por verte solo un segundo y darte ese besito que te daba en la cabecita y decirte cuánto te amo.
Pienso a cada instante, que el día que me vaya de este mundo, tú serás la que venga corriendo hacia mí y entonces, estaremos juntas toda la eternidad.
Fuiste mi regalo de reyes adelantado en noviembre de 2008… desde entonces siempre fuiste el mejor y no querré ningún otro regalo, porque siempre serás tú, el mejor regalo de mi vida.
Eres la que me enseñó a amar de manera incondicional y la que me inculcó el amor tan inmenso que tengo por los animales.
Te debo tanto… que decir gracias se queda en nada.
Te amo mi pequeñita.
Nunca te irás del todo, porque siempre estarás en mi corazón.
A día de hoy no lo entiendo todavía, porque estaba muy bien y en horas se puso así… no le quisieron hacer pruebas ni nada, directamente me la durmieron… yo lloraba y gritaba diciendo que no quería dejarla sola porque sabía que iba a terminar tirada en un contenedor con muchos más animales, mi madre (para consolarme y porque no tenía ni idea) dijo: “cómo va a ser eso Marta”, y el veterinario sin pensárselo dijo: “sí, es así” y seis meses después, tengo en mi cabeza cómo habrá sido ese momento en el que la han dejado ahí… si la habrán tratado bien o la han tirado sin piedad, como si fuera un objeto… por otra parte, me hubiera encantado tener sus cenizas, para tener un poco de ella presente, aunque sea otra manera… por desgracia ya no puedo dar marcha atrás, pero todavía tengo tres animalitos más en mi casa, y ojalá no tenga que volver a pensar y a pasar eso por ellos… porque ellos se merecen una despedida digna, como cualquier persona, porque en muchas ocasiones (por no decir todas) los animales han demostrado ser mucho más que las personas.
Tu muerte no será en vano, quiero que sepas que aquí estamos luchando con todas nuestras fuerzas para que los que aún siguen entre nosotros tengan una despedida digna como se merecen.
Algún día podré decir orgullosa, que formé parte de un grupo de personas que se unieron para luchar por defender los derechos de los animales.
Te quiero demasiado Iris, pero tengo que dejarte ir para que descanses en paz, es lo que debo hacer para que seas feliz.
Algún día nos volveremos a ver.
Hasta pronto mi niña.
Marta Iribarne Sánchez.
Como amante de los animales se por lo que estas pasando Marta, mi mejor amigo y compañero de viaje "Nelson", (un podenquito andaluz encantador), me dejó hace años y todavía se me encoge el corazón nada más de mencionarle. Ánimo Marta, te deseo que tu duelo sea lo más llevadero posible y que el tiempo cure tus heridas. Si te sirve de consuelo, yo también me ilusiono pensando en que el día que mi vida se agote y pase a otra vida, lo primero que veré será a mi añorado y fiel compañero de un fragmento de mi vida. Un abrazo Marta.
Seguro que que volveréis a encontraros y estaréis juntas para siembre. Mucha fuerza.