Los vecinos de San Amaro de Ceuta ‘aplaudían’ al Ejecutivo local después de que arrancase con los primeros movimientos de obras en la barriada. Pero todo quedó en un espejismo, ya que llevan varios meses viendo cómo los operarios de Obimace aparecen a cuentagotas y cuando lo hacen trabajan a un ritmo muy lento. El presidente de la barriada, Manuel Díaz, ha mostrado su “descontento” a El Faro recalcando que desconoce por qué van tan despacio. “Van muy despacio, solo han hecho una solería y de la otra parcela todavía ni han empezado. No están ni las máquinas biosaludables que irán destinadas para las personas mayores”, ha reseñado Díaz en conversación con este periódico.
Durante este tiempo, Díaz y su junta de Gobierno se han reunido en varias ocasiones con Obimace pero no han encontrado una solución. “Nos hemos reunido varias veces ya con Obimace pidiendo premura en las ejecuciones pero no nos dan explicación alguna. Siempre hay una excusa, sino es por la Semana Santa, es por el Ramadán pero no avanzan. No son obras de unas infraestructuras enormes, por lo que estamos descontentos y no entendemos la tardanza”, ha proseguido.
Asimismo, el presidente de la barriada ha recordado que estamos ya en mayo, que han pasado 5 meses desde que se iniciaran las ejecuciones y todavía no han avanzado nada. “Ni siquiera han comenzado con el parque infantil para todos los niños de la barriada que tan necesario era”, ha finalizado.
Las reclamaciones
Entre otras cosas, los vecinos llevan años reclamando la construcción de un parque infantil para que los niños puedan jugar y no tengan que irse a otro punto de la ciudad o incluso hacerlo en las calles. Además piden un local social donde se puedan reunir y realizar diferentes actividades. Es de las pocas barriadas de Ceuta que carecen de todo ello. Las parcelas llevaban deshabitadas desde hace unos años y la acumulación de basura hacía que el olor fuera insoportable para los residentes. Además, al ser un lugar de difícil acceso para los empleados de la limpieza ya que en su mayoría son puntos que se encuentran cerrados por todas partes, hacía que proliferaran más los insectos y animales de todo tipo como las ratas. Estas se introducían dentro de las viviendas de los vecinos al ser de planta baja, lo que fue motivo de denuncia pública.
La situación que vivían los vecinos de San Amaro con esos terrenos que hay en el barrio, que eran inutilizables solo servían para acumular basura, es algo que llevaban arrastrando durante años. Esas parcerlas les fueron concedidas al Ejecutivo local que comenzó unas obras que no avanzan para el desespero de la vecindad.