Objetivo: aprovechar la diversidad

Aprovechar la diversidad y sentar las bases de una sociedad intercultural. Estos son los objetivos del proyecto Raíces y destino, ideado y coordinado por la ceutí Siham Amar, quien reside en Sevilla. 

Todo surge debido a que la joven ceutí ha realizado el Grado Superior de Integración Social y ahora hace el doble grado de Trabajo Social y Educación Social, y ha completado sus prácticas en la Fundación Cepaim, que ayuda al inmigrante a integrarse. Entonces, desde la Fundación Telefónica se pusieron en contacto con esta organización para informarles de la tercera convocatoria de Think Big, un proyecto de emprendimiento social que ofrece a los jóvenes de entre 15 y 26 años la oportunidad de transformar una idea propia que busque un cambio positivo en la comunidad con un proyecto de éxito.
Pues bien, Amar ya había realizado con anterioridad el proyecto Raíces y destino para finalizar el Grado Superior de Integración Social y le animaron a que lo presentara a este concurso. Lo hizo, recibió formación presencial que define como “bastante buena” y después formó su propio equipo, que lo completan la ceutí Andrea García, el costamarfileño Issiaka Chacoule, y la sevillana Rocío Contreras. Un valor añadido de este grupo es que es multicultural, lo que facilita el trabajo. Amar, de religión musulmana, estudió en el Colegio ‘La Inmaculada’; García, cristiana, habla dariya –también es ceutí–; Chacoule es de Costa de Marfil; y Contreras, de etnia gitana. Cada uno desempeñará un papel para conseguir el objetivo común.
El proyecto fue seleccionado como segundo en una clasificación en la que fueron escogidos 250. Todo un éxito para este trabajo con esencia caballa. Y es que precisamente el atractivo de este proyecto es que intenta que la multiculturalidad se convierta en un activo de la sociedad y todos puedan compartir y aprender de los demás, algo que se ve con normalidad en la ciudad autónoma. Amar considera que ha tenido “la suerte” de nacer en Ceuta y haber convivido con personas de diferentes culturas, lo que le ha aportado diversos beneficios culturales, algo que espera que también lo obtengan las personas que se beneficien del proyecto.
Con este trabajo se perseguirá facilitar los procesos de refuerzo de identidad cultural y generar espacios de intercambios culturales y experiencias migratorias en la barriada sevillana del Cerro del Águila. Se trata de un barrio con una fuerte tradición cofrade y que en los últimos años está acogiendo a numerosos inmigrantes que se instalan en éste motivados por los alquileres a precios asequibles. En la actualidad, cada uno de los colectivos que conforman este núcleo poblacional tiene su espacio y no terminan de relacionarse, por lo que este proyecto pretende que se conozcan, compartan experiencias y se beneficien mutuamente de esta convivencia.
El proyecto consta de tres módulos. Los dos primeros, que se desarrollarán de manera parelela, están ideados para preparar a ambos colectivos para que se interralacionen posteriormente. De esta manera, con las personas inmigrantes se trabajará el duelo migratorio y la identidad transnacional y con las personas autóctonas de la barriada para educarlas en los valores de la interculturalidad y tratar conceptos como la transnacionalidad o el duelo migratorio para que puedan ver el fenómeno de la inmigración “como algo beneficioso”.  El tercer módulo está pensado para que se interrelacionen entre sí. Constará de un taller que estará dividido en dos partes: uno dirigido a adolescentes bajo el título Ser diferente mola  y otro para los adultos con diferentes actividades como presentaciones, viajes imaginarios a través de la música o la gastronomía, teatro, etc. Todo ello está pensado para “sentar las bases de una sociedad intercultural”.
Amar explica que se pretende que los inmigrantes pierdan el miedo a perder sus raíces y costumbres y a que sus hijos, al haber nacido en España y haberse relacionado sólo con españoles, cambien. La responsable del proyecto lamenta que a los niños “muchas veces se les priva de muchas cosas”, por lo que a los padres “hay que explicarles que no pasa nada, que, por ejemplo, sus hijos van a seguir teniendo las raíces nigerianas aunque bailen sevillanas”, y que interrelacionándose lo que hacen es “llevar su cultura más lejos”. Este proyecto tendría una duración de seis meses en los que se realizará la metodología y se desarrollarán los tres módulos. Finalmente se harían las encuestas para saber si ha sido beneficioso o no en este barrio. Si este proyecto triunfa, también habrán demostrado que este modelo se puede extrapolar a otra población similar para conseguir estos resultados.
Pero para poder llevar a cabo este interesante proyecto, sus integrantes están inmersos en el proceso de Think Big, que tiene una duración de un año y medio y en el que intentarán convencer a la organización de que es válido y se puede desarrollar satisfactoriamente. En estos momentos se encuentran en el nivel ‘Start’, donde un mentor les orienta para seguir avanzando. Si finalmente pasan los cinco niveles del programa, dispondrán de financiación para desarrollar el proyecto y, además, les buscarán otras entidades que lo subvencionen para que se lleve a cabo al considerar que es una necesidad y que se trata de una mejora para el barrio y, por ello, una obra social.
En estos momentos se encuentran dando a conocer el proyecto y han pensado ya en ofrecer charlas, también en la ciudad autónoma. Para seguir el trabajo de este grupo y darle su apoyo, los ciudadanos podrán hacerlo a través del enlace http://thinkbigjovenes.fundaciontelefonica.com/proyectos/raices-y-destino. También están en Facebook, en la página Raíces y Destino.
Como ventaja cuentan con que se considera que este proyecto es viable porque se pensó para la Fundación Cepaim, para barriadas, y está supervisado por el coordinador de la esta organización y por el tutor del Grado Superior que realizó Amar, pero hay que llevarlo a cabo para ver si funciona en dicha barriada.
El objetivo de este grupo coordinado por Amar es conseguir el mayor número de votos posibles y poder completar el proceso de ‘Think Big’ para poner en marcha este proyecto. Su único beneficio será la satisfacción de ver que esta obra social se lleva a cabo y obtiene los resultados esperados.