El parque inmobiliario en Ceuta es viejo. El 50 por ciento de todos los edificios tiene más de treinta años y, del total, más del veinte por ciento tiene más de 50. Esto y la falta de mantenimiento hacen que muchas de las viviendas ceutíes tengan unas condiciones de habitabilidad deficientes energéticamente. Algo que no solo afecta al medio ambiente, sino que repercute en el bolsillo del ciudadano.
Según Jorge Luis de Ana Lobato, arquitecto especializado en eficiencia energética y rehabilitación y secretario del Colegio Oficial de Arquitectos de Ceuta, hasta ahora, la rehabilitación del parque inmobiliario de nuestra ciudad no introduce, por lo general, los parámetros de mejora energética, entre otros motivos, porque el valor de estas actuaciones no ha llegado al público en general: “Ahora vamos por buen camino porque hay buena exposición mediática y, además, una gran cantidad de ayudas que incentivarán las mejora de los edificios que más lo necesiten. Si conseguimos aprovechar este dinero, el escenario en la ciudad cambiará mucho, y con él, las condiciones de salubridad y confort de las viviendas existentes”, explica.
Ayudas. Las subvenciones disponibles pueden llegar a cubrir hasta el ochenta por ciento del valor de la intervención
“El ciudadano tiene que estar enterado e interesarse por hacer que sus hogares sean eficientes energéticamente porque vivirán mejor y ahorrarán. Para ello, la Administración y los medios de comunicación han de dar la información y han de hacerlo de manera divulgativa. En este escenario, cobra importancia el papel de los técnicos, que tenemos la función de explicar y traducir todo este tema para que se entienda. El Colegio de Arquitectos de Ceuta está abierto a todo aquel que quiera interesarse por la rehabilitación de edificios, para ser asesorado sobre el proceso y sobre las ayudas de las que se dispone, que son muy interesantes”, comenta.
El secretario del Colegio de Arquitectos de Ceuta aclara que, una rehabilitación energética, es lo mismo que una reforma de las que vemos cada día, pero aplicándole mejoras que supongan un beneficio en el comportamiento energético del inmueble: “Si hasta hace unos años cuando se intervenía en la envolvente de un edificio se hacía de una manera puramente estética, o para reparar filtraciones, hoy en día se trabaja pensando en incorporar materiales y sistemas que permitan mejorar las condiciones de habitabilidad de la vivienda y reducir su consumo energético, por ejemplo, incorporando aislamiento térmico en fachadas o cubierta, sustituyendo las ventanas, controlando el soleamiento o instalando equipos eficientes”, relata.
En general, existen tres formas de intervenir en un edificio para mejorar su comportamiento ante el consumo de energía. La primera, según Jorge Luis de Ana, sería la envolvente térmica, el abrigo que divide la parte habitable de la calle u otros espacios no acondicionados. Esto se puede mejorar con la incorporación de aislamiento térmico, instalando materiales aislantes en la fachadas, cubiertas y suelos para evitar que la temperatura exterior afecte al confort de nuestras casas.
La rehabilitación energética mejora también el confort y la salubridad del edificio
La segunda forma de tratar energéticamente un edificio sería a través de las instalaciones: “Si tengo un termo eléctrico viejo para calentar el agua, pues será poco eficiente, pero si, en lugar de eso, instalo una bomba de calor que, además de calentar el agua, nos sirva para climatizar la vivienda, pues será más rentable energéticamente y, por tanto, más económico a medio plazo”, puntualiza el arquitecto.
El tercer grupo es abierto. De Ana, comenta que, para él, la más interesante en este apartado es la ventilación: “Un control exquisito de este tema hace que se ahorre mucha energía. Si somos capaces de controlar el aire que entra en nuestras viviendas y recuperar la energía térmica del aire que extraemos, mejoraremos el confort térmico, acústico, seremos capaces de controlar la humedad en las estancias y evitaremos la entrada de patógenos y alérgenos que nos afectan en nuestro día a día”, concreta.
El retorno de la inversión cuando actuamos en un edificio a través de una rehabilitación energética se considera que se alcanza entre los 10 y los 20 años. Teniendo en cuenta las subvenciones, que pueden llegar a cubrir hasta un 80 % del valor de la actuación, el balance positivo desde el punto de vista económico se establece mucho antes. Además, una intervención de este tipo hace que el inmueble se revalorice en el mercado y proporciona calidad de vida y confort de habitabilidad. Esto deriva consecuentemente en la conclusión de que invertir en ahorro energético es apostar por el futuro mejorando, considerablemente nuestro presente.
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