Ni blanqueo ni chanchullos inmobiliarios. Según el director gerente del OAST -Organismo Autónomo de Servicios Tributarios-, Enrique Reyes, “el artículo publicado en ‘El Español’ solo tiene una parte cierta: que se han creado 170 puestos de trabajo en Ceuta y otros tantos en Melilla y que las operadoras de i-gaming de distintos países han venido porque el Gobierno central acordó una ventaja fiscal que no debe sorprender a nadie porque es coherente con nuestro marco impositivo general de acuerdo con nuestras singularidades y la asfixia económica del país vecino”.
“Es simple y llanamente imposible que se utilice a las operadoras de juego radicadas en Ceuta o Melilla para blanquear capitales porque todas sus transacciones pasan por cuentas corrientes y están controladas informáticamente”, afirma Reyes, quien subraya que “todas necesitan, antes de mover un euro, una serie de avales, inscripción en el Registro Mercantil, someterse a un control de la Agencia Tributaria que ya quisiéramos para todos los sectores y una revisión de la Dirección General de Ordenación del Juego sobre todas sus transacciones y movimientos”.
Hasta 2021 no se conocerán datos fiables sobre el volumen de negocio que en términos de beneficio (sobre lo que tributan esas sociedades) tienen las empresas de juego establecidas en Ceuta, pero el alto cargo advierte que “la Policía Local no controla nada de esto porque no es nuestra competencia, está para hacer cumplir Ordenanzas y no hay ninguna relacionada con el juego online”.
En relación con las suspicacias sobre a qué propietarios alquilan sus sedes, Reyes ve “de un racismo inaceptable” las alusiones a los hindúes. ¿Ha hecho la Ciudad de ‘agente inmobiliario’ o ‘teledirigido’ a esas sociedades? “No”. “En Ceuta hubo una empresa que se presentó en la primera Feria a la que fuimos a Londres a repartir tarjetas porque fue la primera que creyó en esta apuesta, pero las sociedades de juego online han copado todas las entreplantas entre la Plaza de África y la Iglesia de Los Remedios con múltiples dueños”, refiere. “Es totalmente falso que la consejera [Kissy Chandiramani] ni ninguna empresa de su familia tenga nada alquilado a este sector... Si lo tuviera le daría la enhorabuena, pero no es así”, advierte.