A lo largo de la historia del conocimiento humano, las teorías explicativas de la realidad natural han estado variando de posición desde el inicio de las ciencias naturales. Algo altamente enriquecedor para provocar avances significativos en diversos campos del saber. Prácticamente todas las ciencias hoy reputadas y con resultados contrastables comenzaron con variados planteamientos explicativos; básicamente se estudiaban determinados fenómenos (la electricidad; la luz; las especies animales y vegetales; el movimiento pendular o incluso los planetas), aportando cada mente científica su propia explicación desde los cimientos. Hoy en día nos parece muy fácil asumir que la luz se entiende que tiene una naturaleza mecánico-cuántica con características de onda y de partículas. Pero esta forma de explicar el fenómeno luminoso no tiene un siglo de antigüedad, desde las teorías de Newton hasta Einstein se han sucedido diversas ideas revolucionarias desde el punto de vista científico.
A estas revoluciones que concatenaban teorías explicativas provenientes de diversos científicos que intentaban explicar la realidad lumínica se llaman paradigmas científicos. Y esto ha estado sucediendo a lo largo de la historia del desarrollo científico, siendo altamente enriquecedor.
Unos confrontaban sus hipótesis explicativas con los otros, surgían determinadas escuelas que daban luz de forma imaginativa y creativa, a muchos fenómenos físicos y biológicos que nunca se habían estudiado en profundidad. Y no faltaban la audacia y el atrevimiento al presentar modelos explicativos, como en el caso de la teoría que ofreció Goethe sobre el crecimiento botánico y las sucesivas transformaciones de los vegetales a partir de la hoja. O sus discrepancias sobre la teoría de la luz y el color con respecto al modelo newtoniano.
Por otra parte, en el campo de la electricidad, se dieron una serie de hipótesis surgidas del desacuerdo entre estudiosos del fenómeno. Algunos de los electricistas (así se hacían llamar estos científicos) consideraban la repulsión de las partículas para explicar la generación del fenómeno, mientras otros, se centraban en la atracción y repulsión como fuentes equivalentes del fenómeno eléctrico.
Sin embargo, un tercer grupo trataba la electricidad como un fluido que circulaba a través de los conductores y consiguió encerrar el fluido eléctrico en la llamada “botella de Leyden”. Finalmente, asumiendo las ideas previas y también las novedosas, Franklin consiguió explicar satisfactoriamente el fenómeno eléctrico a pesar de que su teoría no incluía totalmente todos los casos de repulsión eléctrica conocidos. No obstante, su explicación fue mejor que todas las anteriores.
En palabras de Thomas Kuhn: “para ser aceptada como paradigma, una teoría debe parecer mejor que sus competidoras; pero no necesita explicar y, en efecto, nunca lo hace, todos los hechos que se puedan confrontar con ella.” Y como decía acertadamente Francis Bacon: “la verdad surge más fácilmente del error que de la confusión”.
A falta de un paradigma o de un candidato a paradigma, todos los datos parecen tener un gran peso y ofrecer igual importancia. Mientras no se descubra la clave del enigma estudiado, por muchas sospechas que se tengan, y aunque haya científicos que piensen que las realidades no están bien explicadas, se continuará sosteniendo el antiguo modelo de pensamiento que hasta la fecha ha estado funcionando.
Todo ello, a pesar de no ser un modelo satisfactorio. Y esta es la mejor prueba de que no puede mantenerse una determinada forma de pensamiento científico, si no existe un conjunto de creencias metodológicas y teóricas que nos permite asumir los hechos de forma incompleta, al igual que también, esta forma de pensar, fomenta la crítica y el avance de los postulados previamente aceptados.
Cabría plantearse que se entiende por nuevo paradigma en nuestro artículo de opinión. Un paradigma científico es un logro que carece de precedentes por cuanto procura una teoría explicativa de una realidad natural concreta, y proporciona un nuevo campo de conocimiento que necesita seguidores que resuelvan los problemas planteados.
Hay todo un mundo esotérico, por desconocido, que se debe estudiar a la luz del método científico inductivo que sigue los tres principios básicos de cualquier ciencia: el principio de identidad; el principio de no contradicción y el de razón suficiente para explicar el fenómeno descubierto y descrito. La cripto-diversidad es un nuevo paradigma científico por cuanto se ha descubierto un nuevo mundo para explorar y describir paulatinamente, que cambiará los conceptos biogeográficos tradicionales, y la repartición de las especies en el mar. Un nuevo ensayo que explique todas las implicaciones científicas, de este nuevo descubrimiento, sobre la biodiversidad marina, se está elaborando por parte de la Fundación Museo del Mar de Ceuta.
Esta institución ya ha publicado un amplio trabajo científico al respecto de numerosas y sorprendentes nuevas especies de gorgonias, y en breve, publicará otro de gran extensión en la que se vuelven a descubrir y describir seis nuevas especies de corales pertenecientes a dos géneros (Carijoa y otro nuevo género creado a propósito de estos nuevos hallazgos) considerados dentro de una misma especie hasta hace poco tiempo. Para llegar a estos descubrimientos se necesita el concurso de la inspiración creativa, la musa científica que surge de seguir los trabajos consistentes elaborados con anterioridad, y contrastar los datos minuciosamente.
En ocasiones, estos chispazos creativos aparecen durante el sueño y uno no sabe bien como aparecieron ni de donde surgieron. En el caso del científico creyente es distinto, pues sabe perfectamente que se debe a la gran misericordia de nuestro Señor y sus revelaciones e inspiraciones. Cuando se instaura un nuevo paradigma, el propio mundo cambia con el hallazgo. Y volviendo a citar a Kuhn “…..durante las revoluciones, los científicos ven cosas nuevas y diferentes al mirar con instrumentos conocidos y en lugares en los que habían buscado antes”. La revolución consiste en una nueva forma de mirar más profunda pero utilizando los mismos instrumentos y también incluyendo nuevas tecnologías. Ha sido la morfo-taxonomía avanzada y de precisión, que habrá de definirse con cautela en el próximo trabajo, y el desarrollo de un verdadero trabajo de naturalista científico, las metodologías que han llevado a considerar estas novedades.
Estos avances, más allá de sus repercusiones puramente científicas, ecológicas, morfológicas, genéticas, biogeográficas, y evolutivas de las especies marinas y sus hábitats, serán de gran utilidad para la conservación de la naturaleza marina, y provocarán un cambio de mentalidad en los programas de conservación. Se trata en gran medida de cambiar nuestro concepto de las especies marinas, y planetarias en general.
Es un recomenzar del naturalista marino hacia una aprendizaje pausado y concienzudo, a través de las especies y sus poblaciones, a lo largo de los supuestos rangos de distribución.