Himo Miludi tiene 71 años y padece de fuertes dolores de brazos y piernas. Lleva tres meses acudiendo a constantes visitas al ambulatorio del Tarajal en busca de una solución que le permita hacer una vida normal, pero lo único que encuentra es un médico distinto en cada visita y una retahíla de calmantes.
Esta ceutí que hace uso de la sanidad pública ha denunciado que lleva desde julio exponiendo su deteriorada calidad debida debido a los dolores permanentes sufridos, pero ningún médico es capaz de detectar su patología.
Miludi es consciente de que la edad pasa factura y de que el trabajo al que se ha dedicado durante años puede ser la causa de sus dolores. Al igual que conoce bien la situación mencionada, también comprende que debe ser recibidora de una sanidad pública de calidad y que solucione su estado.
El médico de cabecera de Himo Miludi se encuentra de baja, esta situación ha hecho que esta señora haya pasado por distintos médicos, de los cuales ninguno “sabe de dónde viene el dolor. De uno me mandan a otro”.
“Tengo el estómago quemado de calmantes. Solamente me pinchan cuando acudo por urgencias y me mandan pastillas para calmar el dolor, pero nadie me dice de dónde procede o qué me pasa. No me dan solución”, ha relatado Miludi.
Este dolor en las rodillas le provocó una caída recientemente en plena calle que ha empeorado su situación, las tiene llenas de moretones.
Esos dolores obligan a Miludi a depender de una muleta para poder caminar.
El 3 de octubre acudió por última vez a urgencias, fue entonces cuando después de meses de continuas visitas al ambulatorio se le envió a realizarse una radiografía para poder detectar la posible causa del dolor.
Hoy conocía los resultados
Hoy tenía la cita para conocer los resultados, unos resultados que no ha podido ver porque ha decido abandonar la sala médica debido a un “trato nada favorable desde el ambulatorio”.
De nuevo, le han vuelto a dar cita para el día 17 de octubre, pasada la mitad del mes. Mientras los días corren, Miludi continúa con unos dolores que no le permiten desarrollar su vida con normalidad.
“La sanidad de Ceuta está muy mal”, ha declarado esta ceutí de 71 años. “Si me duele, con un calmante para ellos ya está solucionado”, ha añadido.
Miludi ha denunciado la falta de empatía y ética de la sanidad ceutí. Además, no ha podido omitir que se ha sentido juzgada por el hecho de ser musulmana.
Urgencias es una vergüenza, ayer rabiando de dolor y después de varios días sin dormir fui al hospital me tienen que operar y poner prótesis en las rodillas, ya no puedo soportar el dolor que tengo y en urgencia después de ver como la sala de espera se llenaba y variaba varias veces y a mi no me llamaban fui a recepción a reclamar y responsabilizarán al medico que llamaba según su criterio un criterio inhumano porque el no podía saber como me encontraba, desesperado me fui a mi casa con la sensación de discriminación y de que el que mi iba a ver es una mala persona, un médico sin empata con el dolor ajeno y asqueado de tener gente así en un hospital que es de todos, o de casi todos
No sé por qué, pero me da que algunos de los muchos médicos que la han atendido es musulmán. Perdone usted señora, pero desde mi solidaridad con usted y mi deseo que se recupere pronto, le tengo que decir que con su última afirmación ha perdido usted toda la credibilidad. Y bien que lo siento porque iba usted bien.
No se puede decir más ni mejor
Siempre a la misma cantinela... Alguien a visto la entrada al hospital según la religión que profeses...???
Es lo único que hacen en Ceuta mandar pastillas pero nunca mira de donde viene ese problema hacin cualquiera es médico.
Sra Miludi, la sanidad está mal para los musulmanes y para los cristianos, mi niña que es cristiana, tenía dolores en el apéndice, con 8 años y al igual que usted, los médicos le mandaban calmantes y más calmantes, la llevamos al médico particular y el mismo nos la derivó al hospital (él era empleado del hospital), la niña tenia apendicitis y se operó de urgencia!