Deprime ver la soledad del Puerto de Ceuta, se siente como si hubiera quedado abandonado a su suerte, pues siendo un puerto destacado en el Estrecho de Gibraltar, ni España ni nuestras autoridades le han dado la importancia que tiene.
Con la superficie suficiente para su explotación, sus infraestructuras no han ido al ritmo que los tiempos imponen. Desde su construcción y hasta su última fase finalizada en 1942, contadas son las mejoras que han sucedido sobre él. Sus diques o muelles, el de poniente y levante, el muelle España para cruceros y las dársenas deportiva y pesquera, deberían ser capaces de satisfacer todas las necesidades de expansión económica de Ceuta.
Ubicado en pleno centro geográfico de la Ciudad, con excelente comunicación y con sus atractivos turísticos, sorprende la escasa explotación que se hace de estas realidades.
A veces cabe pensar que las inversiones que hacen los planes globales del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para los Puertos del Estado y Autoridades Portuarias, elaborados bajo criterios muy señalados, podría ser que el Puerto de Ceuta sea de los más olvidados.
Por su importancia y en pos de la sostenibilidad económica de este puerto, y de la propia Ciudad de Ceuta, sería de muy especial atención priorizar inversiones que integraran puerto y Ciudad con conexiones bidireccionales sostenibles, relaciones de suministro, abastecimiento y avituallamiento en general para las distintas actividades portuarias y Ciudad.
Las distintas administraciones públicas dicen mucho de todo esto, pero en muchas ocasiones estas oportunidades se pierden en el tiempo
La atención en observar otros puertos, qué actividades realizan, cómo se administran, cómo son sus relaciones inter portuarias, cómo se desarrollan otras actividades paralelas a la dinámica portuaria, son conocimientos y experiencias muy útiles de emplear aquí. Las distintas administraciones públicas dicen mucho de todo esto, pero en muchas ocasiones estas oportunidades se pierden en el tiempo. De hecho, señalaríamos que la principal fuente de ingresos de este puerto es su actividad inmobiliaria y muy escasa la portuaria.
Pese a que suceden numerosas reuniones entre las diversas administraciones, con brillantes objetivos, es fácil observar los pobres resultados de éstas. Los últimos acontecimientos, como la oferta de una multinacional de suministros de combustible interesada en instalarse en la infrautilizada explanada de poniente y la preocupante presencia de pesqueros marroquíes en la bocana, con nuestra lonja paralizada, hacen pensar que los tiempos vuelan y se precisan determinaciones inmediatas.
Ahora, en este lapsus de tiempo pandémico y con esta soporífera siesta obligada, sería oportunísimo actualizar criterios y calentar motores, pues hoy por hoy existe suficiente sensibilidad política y empresarial en todo este proyecto. Ceuta y su puerto lo merecen.
Un puerto sin grúas no se parece en nada a un puerto del siglo XXI.