La niebla ha favorecido un intento masivo de entrada de nadadores en Ceuta a lo largo de esta madrugada. Ha sido un no parar. La Guardia Civil cifra en un centenar los inmigrantes que habrían pretendido sortear la línea fronteriza que separa España de Marruecos.
Según fuentes oficiales una decena ha logrado acceder a la ciudad aplicándose el retorno a su país salvo dos menores de edad. Ha sido una de las madrugadas de mayor presión que ya comenzaba a temerse desde la misma tarde del viernes cuando se remitieron informaciones falsas a las fuerzas de seguridad.
Sobre las siete y media de la tarde se comunicaba la presencia de una embarcación con unas 30 personas perdida por el Sarchal. Era falso, pero se cree que fue una forma de evaluar la capacidad disponible de las fuerzas de seguridad para reaccionar en plena niebla.
Desde primera hora de la noche no han cesado los intentos de nadadores por cruzar hasta Ceuta en una de las madrugadas de mayor presión que se recuerda. La niebla ha servido para amparar dichos intentos requiriéndose el despliegue de las fuerzas disponibles en un verano mermado por bajas y vacaciones. La Gendarmería marroquí que dispone de medios fijos en el mar no ha podido evitar las entradas a pesar de desplegarse a conciencia, de hecho ha interceptado en el mar a decenas de jóvenes frenando el acercamiento a Tarajal.
El cruce de los llamados espigones de la muerte, por la cantidad de desaparecidos y fallecidos que se han registrado, es la alternativa buscada por jóvenes marroquíes y menores que quieren escapar de su país de cualquier manera.
En muchos casos no huyen por condiciones económicas sino por otras motivaciones debido a la falta de alternativas que hay en su país de origen.
A las entradas a nado se han sumado en estos días de niebla los pases en motos de agua y embarcaciones de todo tipo, sirviéndose de ese camuflaje perfecto para despistar a las fuerzas de seguridad.
En la cola, testigos de los hechos
Y mientras estos intentos de entrada se producían durante toda la madrugada, otros ciudadanos esperaban en sus vehículos para entrar en Ceuta formando parte de las colas formadas a pie de carretera.
Ellos se convertían en testigos de lo que estaba ocurriendo, asomándose para presenciar en plena madrugada de niebla las labores para sacar a gente del mar.
Las decenas de candidatos a la inmigración irregular buscaron el apoyo de la niebla para pasar desapercibidos. En el mar estaban quienes no pueden acceder a Ceuta más que de esta manera, por los cauces ilegales; en tierra, aquellos que pasaporte o visado en mano tienen lo que, sin saberlo, es un privilegio.
Esto pasa por el buenismo! el efecto llamada seguirá hasta el infinito
Los políticos quieren seguir llevando ese tren de vida de sueldos millonarios,jubilaciones sin haber cotizado como un trabajador y aumento de cargos públicos cada 4 años.
Le echan la culpa a que tienen 1 millón y pico de jubilados que han cotizado y ganado a pulso su pensión y es muy difícil de mantener según ellos.
Y con estas entradas de emigrantes quieren solucionar el problema de mantener el despilfarro político que realizan sin que los ciudadanos se despierten.
Cargar con polvos ajenos, nunca fue rentable. Mayores y menores, de vuelta por donde han venido.