El martes el Congreso celebraba sesión plenaria, al igual que ayer por la tarde. El pleno terminó al filo de las once d e la noche y los diputados presentes, apenas medio centenar de los 350, todavía no sabían si podían o no salir a la calle o si era lo más conveniente, habida cuenta de la evolución de los acontecimientos. “Lo cierto es que, como cualquier persona, temíamos por nuestra integridad física y tras consultar con la Policía nos dijeron que en los alrededores del Congreso la situación se había calmado”, explica. Los parlamentarios seguían con atención lo que sucedía en el exterior. “Estábamos perfectamente informados y sabíamos que había muchísima tensión”, añade. Márquez defiende el derecho de los ciudadanos a manifestarse libremente y dentro de los cauces de la libertad de expresión “aunque en esta ocasión he de decir que me parece que la convocatoria no fue muy acertada”. El ceutí se sintió coartado y coaccionado en su derecho a trabajar como parlamentario “libremente elegido por el pueblo en las urnas, que es realmente donde se manifiestan todos los ciudadanos, en unas elecciones”. Por eso “aunque fueran 6.000 o 60.000 las personas” las que se manifestaban en el exterior del edificio “considero que se intentó un asalto al Congreso y violentar a quienes ejercen su función como representantes legítimos de los ciudadanos”.
“Se puede estar en desacuerdo con las política del Gobierno,con su gestión, pero la violencia no es el camino y no se puede pretender usar la fuerza para coaccionarnos”.
Se aconsejó llevar la identificación bien visible
La Secretaría General del Congreso envió una instrucción a los diputados y al personal de la casa aconsejándoles que esta semana acudan correctamente identificados para poder acceder a sus instalaciones. El Congreso de los Diputados ha visto oportuno enviar esta comunicación ante el despliegue policial organizado en los alrededores de la Cámara frente a las manifestaciones convocadas por el movimiento 'Rodea el Congreso' y que tuvo lugar en pleno debate parlamentario del martes.
Y es que, además de los agentes que habitualmente preservan la seguridad de la Cámara Baja, se desplazó a unos 1.300 agentes antidisturbios para custodiar la sede de la soberanía nacional, ante los que habrá que acreditarse convenientemente para poder entrar en las instalaciones del Congreso. Numerosos parlamentarios desistieron de acudir al hemiciclo en previsión de que la concentración derivara en incidentes, como así ocurrió. Márquez asistía al plenario del Congreso durante los incidentes.