El Estatuto de Autonomía de Ceuta es un asunto resuelto desde el punto de vista político. Así lo considera el presidente Juan Vivas. En esta entrevista con motivo del Día de Ceuta, valora el desarrollo conseguido a lo largo de 21 años por nuestra ciudad al amparo de esta normal institucional reconocida en la Constitución. Llegados al punto en el que nos entramos, considera que no hay que seguir avanzando para conseguir tener capacidad legislativa o nuevas transferencias. De hecho, asegura que alguna de las que ya tenemos está poniendo a prueba la solidaridad de los ceutíes. En su opinión, no es necesario continuar avanzando para aumentar las capacidades políticas de Ceuta. Cree que el esfuerzo debería centrarse en intentar, dentro de marco que ofrece actualmente el Estatuto de Autonomía, solucionar los problemas de los ciudadanos. El primero de todos, el desempleo.
–El 2 de septiembre, Día de Ceuta, ¿qué cree que tienen que celebrar los ceutíes?
–Creo que hay motivos para la celebración, lo cual no significa que dejen de existir razones para constatar que nos quedan muchas cosas por resolver. Entiendo que como sociedad tenemos muchas cosas que celebrar. Es conveniente recordar que Ceuta es una sociedad en la que prima y se constata de manera muy potente nuestra capacidad de convivir. Es un activo para esta sociedad que constituye un hecho de significada importancia en los tiempos que corren. También tenemos que celebrar que somos una sociedad caracterizada por un arraigado sentimiento patriótico. En estos momentos me parece que también es un argumento, un dato y un valor a subrayar. Y también creo que tenemos que celebrar que desde que se promulgó el Estatuto de Autonomía y hasta ahora, después ha habido un proceso, bien es verdad que con dificultades y con algunas asignaturas pendientes, alguna de significada envergadura, pero lo cierto es que este periodo de tiempo, junto con otros factores, representa en nuestra reciente historia el periodo de una mayor implicación y compromiso del Estado en nuestra ciudad para lograr la igualdad efectiva de los ceutíes con el resto de los españoles en lo que concierne a los servicios públicos fundamentales traducido en más inversión, más capacidad financiera para nuestra Hacienda, en avances muy notables en los servicios fundamentales y esenciales, en la renovación de la trama urbana, en la extensión de la red de protección social, en el perfeccionamiento y consolidación de nuestro Régimen Económico y Fiscal Especial. Eso es lo que yo creo que tenemos que celebrar. Una ciudad capaz de convivir, un pueblo que se siente profundamente español. Cree que querer a Ceuta es una de las mejores maneras que existe de querer a España. Y al mismo tiempo, con una convergencia con el resto de España notable. ¿Qué nos queda pendiente? Yo creo que fundamentalmente ofrecer soluciones para el drama del desempleo y, en particular, al que afecta a nuestra juventud. Es difícil porque es un problema de mucho calado, crónico, que además tiene connotaciones estructurales. Pero por el hecho de que sea difícil no significa que debamos de caer ni en la pasividad ni en la resignación ni en el conformismo. Necesitamos todas las manos, todas las ideas, todas la voluntades al servicio de la causa del empleo.
–Dice que existe un sentimiento en los ceutíes de pertenencia a España, lógica…
–Un sentimiento patriótico, que es más que pertenencia, que es afecto, cariño… Es sentimiento, corazón.
–¿Cree que existe también este sentimiento de los ceutíes hacia su propia tierra? ¿Sobre todo, en comparación con otras regiones del país?
–Creo que mucho. Quizá aquí no lo estamos contando todos los días. Dos cosas. Cuando salimos fuera y nos encontramos fuera de aquí, creo que ejercemos de ceutíes de una manera… Y una segunda cosa. Cuando traemos a alguien de fuera, creo que nos enorgullecemos de enseñarle nuestra tierra y presumimos de ella. Es verdad que quizá en la cotidianidad no lo exteriorizamos de una manera constante. Pero que queremos mucho a esta tierra, sin duda. Además creo que tenemos motivos. Creo que esta tierra es fascinante.
–¿El Estatuto de Autonomía, desde un punto de vista político, es un tema resuelto?
–Creo que sí. Hubo una época en la que era un elemento de confrontación política, de polémica. No tanto por razón de que se considerara un instrumento no eficaz para satisfacer las legítimas aspiraciones de los ceutíes, en mejorar la calidad de los servicios, sino porque básicamente, como es una figura institucional distinta a la de comunidad autónoma, pero no distinta a efectos de autonomía. Este hecho diferencial parece que nos colocaba en una situación de debilidad respecto de algo tan fundamental, lo más fundamental de Ceuta, como es la defensa de la españolidad. Yo creo que eso el tiempo lo ha superado. ¿Por qué? Porque creo que la Constitución Española reconoce algunas instituciones básicas, dos fundamentalmente: las entidades locales y las entidades autonómicas. Y nosotros somos las dos cosas. local y autonómica. Y en segundo lugar, porque con el transcurrir del tiempo se ha demostrado que el instrumento ha sido útil para aumentar la presencia institucional de Ceuta en los foros nacionales. Ha sido útil para mejorar el nivel de interlocución con el Gobierno de la nación y con otros poderes públicos del Estado. Ha servido de manera muy notable para ese proceso de avance en el grado de implicación del Estado en Ceuta. Por tanto, en la cuestión mayor, el tiempo ha demostrado que no hay motivo de duda. El rango no nos debilita. Todo lo contrario, ha favorecido la consideración inequívoca de que Ceuta está plenamente integrada en la estructura territorial del Estado, en todos los ámbitos. Tenemos hechos diferenciales perfectamente justificados, como tiene Canarias, en el sentido de las prioridades económicas y fiscales. En lo demás, la integración es absoluta.
No tenemos capacidad legislativa, pero creo que eso tampoco constituye un déficit. No tenemos capacidad legislativa porque para tenerla tendríamos que tener una infraestructura que significaría un esfuerzo, desde el punto de vista del coste, enorme. Tampoco tenemos competencia en Educación y Sanidad, pero creo, aunque esto ya es discutible, que no las debemos de tener. Si conjugamos extrapeninsularidad, hecho fronterizo singular, competencias en Sanidad y Educación, yo creo que el Estado es la mayor garantía que podemos tener de que esos servicios se van a prestar en Ceuta a unos niveles de calidad iguales a los del resto de España. Creo que están bien en manos del Estado. Esto no significa que no tengamos que seguir apostando por fórmulas de una mayor desconcentración administrativa en ambos ámbitos, en Sanidad y Educación, pero las competencias creo que residen bien donde están, que es en el Estado porque es garantía de igualdad con el resto de los españoles en los servicios esenciales.
–Se señala que, precisamente en el tema de la Sanidad y la Educación, la lejanía es un problema añadido. Se plantea que la gestión de estos dos asuntos, si fuera más cercana, sería más rápida.
–Por eso le decía que la desconcentración es un concepto distinto al de la descentralización. La desconcentración es un concepto administrativo. La descentralización es un concepto político que implica la transferencia de las competencias. Hay que buscar fórmulas que perfeccionen este proceso de desconcentración en cuanto a la toma de decisiones, pero con la garantía de calidad en estos dos servicios. De hecho, a las pruebas me remito, eso está garantizado por parte del Estado. Creo que así debe seguir siendo. Yo no le voy a dar nombres porque sería una indiscreción por mi parte, pero he mantenido conversaciones con algún presidente autonómico que se arrepiente de que le hayan transferido algunas de estas competencias; cree que estarían más tranquilos y cómodos si estas competencias estuvieran en manos del Estado.
Entiendo que el hecho diferencia de la lejanía es el que justifica que estén (estas competencias) en manos del Estado porque aquí hay que hacer una prima de esfuerzo adicional para garantizar esos niveles de calidad. Eso quien lo puede hacer es el Estado, quien lo debe hacer es el Estado. Y lo debe hacer en base y al principio de solidaridad que contempla nuestra Constitución, que no se puede separar de la unidad de España ni tampoco de la igualdad de todos los españoles con independencia de cuál sea su lugar de residencia.
–¿Usted desearía también renunciar a algunas transferencias de las que tiene?
–Creo que estamos bien como estamos, pero debo reconocer que hay algunas transferencias que están directamente impactadas por el hecho fronterizo que cuando se hicieron no había fenómenos que ahora se están dando y que no se daban entonces. Eso está poniendo a prueba la solidaridad de los ceutíes. Estamos sacrificando parte de la financiación local para poder atender competencias autonómicas transferidas en algunas áreas. Pero también es verdad que ahí tenemos un apoyo complementario del Estado. El compromiso por parte del Gobierno de la nación en atender la calidad de los servicios fundamentales en nuestra ciudad es manifiesto, tanto desde el punto de vista de las partidas correspondientes a estos servicios en los Presupuestos Generales del Estado como desde el punto de vista de lo que esta institución autonómica recibe en forma de transferencias. No son dádivas. Son unas transferencias absolutamente legítimas porque tienen amparo constitucional, absolutamente justas porque no existe, salvo en el caso de nuestra hermana ciudad de Melilla, otro territorio dentro de España donde se dé tal complejidad para la cobertura de estos servicios a estos niveles de calidad, que son los que los ceutíes demandan legítimamente.
Esas transferencias son, insisto, imprescindibles y vitales, legítimas y justas. Y no podemos decir que el Estado no responde a las mismas. Responde. Lo cual, a mi tampoco me impide reconocer que en algunas de las transferencias que hemos recibido, acontecimientos sobrevenidos después de recibirlas, hacen que hoy el gasto sea superior a lo que se decía.
–Al margen de las transferencias, ¿no cree que a nivel legislativo hay que hacer algunas matizaciones o reformas para terminar de ajustar los Estatutos? Me refiero a algunos asuntos que se ha planteado y que han tenido que ser resueltos por la Justicia.
–El máximo órgano consultivo del Estado es el Consejo de Estado. Este órgano tiene muy claro lo que significa esta institución. Tiene muy claro que es una institución autonómica. Por lo tanto, en aquello que regula el Estatuto sólo está la capacidad reglamentaria que ejerza la Ciudad Autónoma de Ceuta y también la de Melilla. Y la Ley de Régimen Local ni siquiera se aplica. En todo aquello que signifique nuestra capacidad de autoorganización prima el Estatuto de Autonomía y los reglamentos que el Estatuto de Autonomía resuelva. Por lo tanto, en materia de organización, creo que lo que nos falte es porque no hemos sido capaces de desarrollarlo a través de la vía reglamentaria, pero no hay que culpar a la matriz, no hay que culpar al Estatuto, porque el Estatuto lo propicia y el Consejo de Estado lo confirma y lo ratifica.
Es verdad que el no tener capacidad legislativa no nos permite alcanzar determinadas materias. Pero tenemos dos recursos que con una relación fluida con el Gobierno de la nación y con las Cortes Generales se puede llevar a cabo. Una es difícil. Hay que reconocerlo. Es la iniciativa legislativa de la Asamblea. Se acumula el trabajo en las Cortes Generales y las iniciativas que se plantean decaen. Aquí hemos tenido, que yo recuerde, sólo una experiencia. Fueron las bonificaciones a la Seguridad Social. Al final se consiguieron…
–In extremis.
–In extremis y por otra vía. Sin embargo, hay otra posibilidad, que es plantearle al Gobierno de la nación un proyecto de ley. Creo que hay determinadas materias que sí justificarían que las lleváramos a cabo de común acuerdo con Melilla. De eso he estado hablando con el señor Imbroda muy recientemente en el último encuentro que hemos tenido. Vamos a tratar de poner en común, a través del asesoramiento técnico que tenemos las dos ciudades y con este aval que son los dictámenes del Consejo de Estado, algunas ideas para solventar estas cuestiones a las que usted se está refiriendo y que yo comparto.
–Son 21 años de Estatuto de Autonomía los que celebramos. ¿Con qué tema metido en la carpeta de asuntos resueltos le gustaría celebrar el aniversario?
-Tenemos muchas asignaturas pendientes, pero si tengo que elegir una, evidentemente es el empleo. Eso, que es una causa nacional, aquí está acentuada por las cuestiones estructurales. Lo que me gustaría es poder decir: oiga, no sólo el Estatuto ha servido para una mayor presencia institucional, para una mayor implicación del Estado, para un mayor apoyo a nuestra ciudad en los servicios públicos fundamentales, sino que también en el marco del Estatuto hemos sido capaces de desarrollar un modelo económico que satisfaga las legítimas aspiraciones de los ceutíes en cuanto al empleo.