Las batallas campales que se están produciendo en en el puerto de Ceuta son tristes, además de una vergüenza para nuestra ciudad. Ceuta no puede proyectar esta imagen donde individuos se comienzan a tirar piedras entre ellos, afectando a la seguridad, no sólo de los cuerpos de seguridad que intervienen, sino de trabajadores que están expuestos a que una de esas piedras les caiga encima, lesionándole como ya ha ocurrido.
No se puede consentir. Y no lo pueden permitir las autoridades competentes, que son quienes tienen que dar soluciona a que decenas de personas dejen de malvivir en el puerto, a la espera de poder colarse en algún barco con destino a la Península y que fruto de esos campamentos se produzcan estas disputas que terminan, como en el caso de ayer, con cerca de 40 detenidos que finalmente han sido devueltos a su país de origen, bajo la aplicación de la Ley de Extranjería.
Pero esta es una solución temporal, un parche, ya que parece que se trata de un problema enraizado o al que aún no le han encontrado la forma de erradicarlo.
Hace falta una intervención, la asesoría o las acciones que sean necesarias para que el recinto portuario deje de ser un campo de batalla para los inmigrantes y recupere la tranquilidad que los que transitan o trabajan en este lugar necesitan. Hay que hacer algo y hacerlo ya.