‘La Riquísima’ de la Plaza Azcárate, como se conocía y sigue conociéndose, cuenta con una cafetería, restaurante y terraza, pero a Rafael Martín Navas este negocio se le quedó pequeño. Fue ampliando con el paso de los años y adquiriendo un nuevo local como es este de la calle General Serrano Orive hace tres años. Eso sí, manteniendo siempre su esencia y su nombre. Los comienzos nunca son fáciles y menos cuando hace 17 años este hostelero se embarcó en una aventura y un mundo que desconocía.
“Allí en la Plaza Azcárate empezamos hace 17 años con los desayunos. Al año siguiente, empezamos con los pinchitos, nuestros famosos pinchitos morunos de la Plaza Azcárate y también somos muy reconocidos por nuestros kebabs y se venden mucho. Poco a poco empezamos a subir hasta que nos metimos aquí en el local de Serrano Orive para ampliarlo a más comida”, cuenta Rafael Martín Navas, dueño de ‘La Riquísima’.
Muchos han sido los ceutíes que han pasado por esta céntrica cafetería a degustar algunos de sus conocidos desayunos. Una de sus tostadas de aceite y tomate junto a un café son la inyección de energía que cualquiera necesita para comenzar un nuevo día. Esta cafetería ha ido cambiando, pero siempre manteniendo su esencia. Sin embargo, Rafael decidió diferenciarlo del de la Plaza Azcárate y que este fuera también restaurante, en el que los ceutíes pueden disfrutar de los mejores manjares del mar.
Este cambio de localización no supuso ningún tipo de pérdida para el negocio, puesto que ya eran conocidos entre los ceutíes. “Lo que más demandan los clientes son las centollas, el changurro, el gallo a la plancha o rebozado y el pulpo que lo hacemos de tres tipos: con mahonesa, a la marinera y la gallega”, ha explicado.
Con la llegada de la pandemia, al igual que muchos otros negocios de la ciudad, se ha adaptado tanto su establecimiento como su servicio, aunque su carta, sus productos y su trato siguen siendo como siempre: de la mejor calidad para sus clientes más fieles. Aunque, han sido meses duros y de pérdidas económicas. “La verdad que que yo hablo por mi y en verano pudimos levantar algo la cabeza, pero llevamos dos o tres meses después del verano fatal. Tengo todavía tres personas en ERTE y una que he tenido que despedir porque no puedo soportarlo”, ha continuado.
Pero ‘La Riquísima’ ha hecho frente a la situación actual tan difícil en la que nos encontramos. Su pasión por su trabajo hace que cada día sigan abriendo y ofreciendo lo mejor de sí. Mientras tanto, los clientes podrán disfrutar de las especialidades de la casa y, por supuesto, del pulpo con mayonesa, que es lo que más se demanda.
No obstante, supieron adaptarse a la situación, aunque son críticos con las restricciones. “El tema de higiene, distancias y demás no nos preocupa porque lo llevamos a rajatabla. No solo yo, sino toda la hostelería. El problema que tenemos de la pandemia es de todos, pero los contagios no vienen de la hostelería, que ya se ha demostrado, sino que viene de los botellones y las personas que no cumplen con la distancia de seguridad y demás. Pero no de la hostelería. Nosotros tenemos de todo, los geles, en la terraza se cumple perfectamente la distancia de seguridad y en el salón interior también”, ha insistido.
Por eso, los ceutíes han sabido responderles con su fidelidad. “La verdad que somos muy conocidos por Plaza Azcarate y la gente tenía ganas de que aquí en Serrano Orive hubiera un negocio así y con buena comida”. Este popular restaurante destaca por su trato cercano y familiar y por la frescura de sus pescados y mariscos. Otro aspecto que destaca son los postres tradicionales, hechos de forma diaria: flanes, tartas..., un colofón excepcional para una cena o un almuerzo en ‘La Riquísima’.