En el barrio de Villajovita, en la calle Ruiz de Alarcón, se encuentra uno de los bares, probablemente, más antiguo de Ceuta. Antes conocido como bar Madrid, según los vecinos más mayores del lugar, ‘El Lusitano’ cuenta con una larga trayectoria desde 1937. Regentado anteriormente por un portugués, quien le otorgó este nombre, empezó a hacerse conocido por los residentes de la zona y a adquirir su importancia.
Tras muchos años en pie este establecimiento cerró, dejando en ese momento un local vacío en el lugar, disponible para quien lo necesitase. Tiempo después, en el año 1982, llegaría la familia Téllez para darle nuevamente vida y hacer de este establecimiento el bar que es actualmente: un lugar muy conocido en toda Ceuta. “El Lusitano como tal es un bar que probablemente sea de los más antiguos de Ceuta, porque lleva funcionando desde el año 37. Antes se llamaba bar Madrid. Yo lo sé por los antiguos del lugar de aquí de Villajovita que me lo comentan. Pero nosotros cogimos el bar en el 82, junto con mi padre y mi hermano”, ha contado Francisco Javier Téllez, propietario del bar ‘El Lusitano’.
El cabeza de familia de los Téllez ya había tenido anteriormente un par de bares, entre ellos el casino de Hadú, en el que trabajó con sus dos hijos codo con codo. Antes de hacerse con este negocio, conservando su nombre, tenía un barco de pesca. “En esa época, mi padre tenía un barco de pesca, pero la cosa estaba mal. Mi hermano y yo estábamos estudiando y la cosa no estaba muy bien. Así que decidimos seguir estudiando, pero trabajando también. Entonces mi padre cogió el bar”, ha explicado.
Una gran reforma hizo posible que este negocio, con sus nuevos dueños al frente, volviese a relucir y a adquirir la fama que hasta día de hoy conserva. Desde que comenzaron, este bar no ha cerrado ni un solo día, a excepción de los festivos navideños y la boda de Francisco Javier Téllez, y, por supuesto, de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Es más, ni el Carnaval ha conseguido que este negocio baje su persiana. “Llevamos unos cuantos años con la callejera, y tampoco te hace falta tanto tiempo como una chirigota de concurso. Aunque nosotros siempre vamos intentando llevar una cosa digna y bien. Pero con un día o dos a la semana que nos reunamos tenemos de sobra”, ha confesado.
Francisco Javier Téllez, conocido también en el mundo del carnaval ceutí, es el encargado de seguir hacia delante con el negocio familiar. Su servicio y trato hacia el cliente hacen que cada día, pese a la falta de aparcamiento, los ceutíes sigan acudiendo a tomar su desayuno o degustar algunas de sus más conocidas tapas. “Esto es un bar de desayuno y, sobre todo de tapas. Nosotros siempre hemos tenido buena fama de tener muy buenas tapas, buenas racioncitas, buen precio y buen servicio”, ha señalado.
Entre sus tapas más comunes como son el pescado o los corazones, no pueden faltar aquellas que son consideradas especiales o típicas de este lugar como las bolas de patata rellenas o los boquerones al limón. Sin embargo, este hostelero reconoce que hay una que sigue siendo la más popular: su tapa sorpresa. “Antes era nuestra famosa tapa sorpresa que era una tapa, que alguien ahora se quiere poner la medallita que la inventó, y esa tapa la inventé yo hace ya muchos años. La inventé porque el pulpo se puso muy caro en su día. Entonces yo, lo que hacía era poner el pulpo con patatas cocidas, mucha patata, muy poquito pulpo y su mahonesa. Y esa es la tapa sorpresa. ¿Por qué sorpresa? Porque si le decías que era pulpo, te decía: ‘oye, ¿el pulpo dónde está?’ Sorpresa, si te toca, te toca y si no, no. Pulpo poco, patata mucha. Pero a pulpo sabe”, ha explicado.
Aunque la sorpresa ahora ha cambiado, ‘El Lusitano’ sigue contando con esta tapa en su oferta gastronómica. Variedades de ensaladillas, sus conocidos boquerones al limón, bocadillitos variados y sus bolas de patata siguen acompañando a la cerveza del mediodía de los ceutíes que acuden hasta allí. El buen servicio, la calidad y sus tapas siguen siendo lo principal.
Como todos los negocios de la ciudad, este conocido bar también se ha visto afectado por la crisis del coronavirus. Su propio dueño hizo un llamamiento a todos los ceutíes para que colaboren con los comercios de Ceuta. “Que no se vayan a la Península, que se queden este puente aquí, por favor y ayuden a los hosteleros y al pequeño comercio que estamos hasta el cuello”, concluyó.