La experiencia es un grado a la hora de sacar adelante un negocio. Eso lo saben bien en ‘Luchi Gago’, una céntrica tienda de ropa situada en la calle Beatriz de Silva, en Ceuta, que lleva ofreciendo a sus clientas la última moda desde que Luchi Gago la abriera en el año 1988 y que tras más de 30 años ha pasado ya por dos generaciones, aunque empezó en su propia casa.
“Con este proyecto empezó mi madre cuando yo tenía 17 años. Mi madre siempre ha sido una mujer muy emprendedora y muy luchadora. Ella empezó en la casa, se dio de alta como autónoma y adaptó un cuarto con unos percheros. Empezó trayendo ropa y tenía unas cuantas firmas. Así comenzó a ir la clientela, que todavía nos quedan algunas clientas hoy en día que llevan con nosotras desde hace 40 años”, recuerda Luchi Amador Gago, propietaria actual de la tienda e hija de la fundadora.
Ella, Luchi, antes de ser dependienta y ahora propietaria, estaba estudiando segundo de Magisterio, pero realmente es algo que le viene de familia. Su madre ha sido toda la vida comerciante y ella considera que prácticamente creció en esta tienda en la calle Beatriz de Silva que su madre abrió tres años después de la pequeña salita que tenían en casa.
“Cuando estaba en segundo de Magisterio mi madre ya llevaba un año con la tienda porque se le había quedada pequeña la casa y buscó este local, y ahí fue cuando decidí dejar la carrera y venirme a trabajar con ella”, relata.
Pero en realidad, esta ceutí lleva más de 30 años en el mundo de la moda. A través de una serie de proveedores de la Península, viste a sus clientas con la última moda durante todas las temporadas. Desde zapatos, cinturones, bolsos y complementos, hasta vestidos y una amplia gama de conjuntos de tallas desde la 38 hasta la 54 se pueden encontrar en esta tienda.
“Las marcas que siempre hemos tenido han sido españolas y muy buenas, aunque ya muchas de ellas lo han dejado. Pero esta tienda siempre ha sido muy personalizada y hemos ido trayendo cosas del estilo de nuestras clientas que llevan con nosotros muchos años. Por eso, a día de hoy cada vez que entra una clienta yo sigo agradecida de que entre y se le intenta siempre ofrecer lo que va buscando”, continuó.
A raíz del comienzo de la pandemia, Luchi tuvo que cerrar su tienda durante el confinamiento, pero ha sabido adaptarse al igual que lo ha hecho su negocio durante todos estos años. Han sido meses duros y en los que ha tenido que reinventarse con los encargos a través de las redes sociales para seguir adelante. Aunque reconoce que aún le quedan ganas de seguir cuidando todo los detalles para que la experiencia de compra sea agradable para sus clientas.