La tienda ‘Deko’ lleva desde 2013 en el número 68 de la calle Real, pero su origen se remonta a hace más de 35 años, cuando la familia de José Javier Morón Villanueva, dedicada al comercio, vivía en Tarancón (Cuenca). En el pueblo, el padre de Morón tenía una tienda de lámparas. Cuando un amigo le propuso iniciar un negocio en Ceuta, todos se trasladaron a la ciudad autónoma. No era la primera vez que se mudaban; de hecho, José Javier Morón había nacido en Suiza.
Entre los ceutíes, los Morón Villanueva decidieron continuar con el mismo tipo de mercancía, aunque poco a poco fueron adquiriendo cada vez más productos para decorar las casas o detalles para regalar. “Quieras o no vas a fábricas de lámparas y tienen muchas veces artículos de estos”, explica José Javier Morón, de 49 años. Ahora, añade, apenas tienen objetos de alumbrado.
Morón empezó a ayudar a su padre con apenas 17 años, por lo que ha trabajado siempre de cara al público. En 1997, abrió la tienda predecesora de ‘Deko’ en el Polígono Alborán. En aquel entonces vendía más al por mayor. Con la llegada de la crisis, se trasladó al centro de Ceuta, hace ya ocho años.
José Javier, casado y con dos hijos, ofrece en su comercio objetos de decoración como espejos, cuadros, marcos de fotos, tocadores, cajas y muebles de almacenaje, joyeros, cojines o pequeñas figuras, así como jaboneras para los baños o piezas para la cocina.
“Siempre he ido a las ferias. Alguna vez he ido a Portugal, a Alemania también. Normalmente a Ifema, en Madrid, y ahí ya vas cogiendo los artículos, conoces ya de hace muchísimos años a los proveedores”, relata el propietario del comercio.
La aparición del nuevo coronavirus, indica, ha ocasionado que la actividad del negocio disminuya: “Quieras o no, influye. Y con las ventas, ahí vamos. Supongo que como todo el mundo: aguantando”. José Javier Morón asegura que “se ha notado” el efecto de la pandemia y el cierre de la frontera con Marruecos, aunque apostilla que, si hubiera estado en el Polígono, le habría afectado todavía más. El comerciante trata de mantenerse a flote a la espera de que la situación mejore.
Su trato con la clientela, señala, es bueno y dispone de algunos compradores que le son fieles desde que estaba en la nave.