Las hermanas Lorena, Carolina y Virginia Lara Trujillo, tres caballas a las que les apasionan los detalles para regalar, abrieron la tienda ‘Mis cositas y más’ en 2016, en el centro de Ceuta. Provienen de una familia de comerciantes; su abuelo fue el propietario de ‘Huevería Lara’. Todas ellas, asegura Lorena Lara, de 39 años, han “echado los dientes detrás de un mostrador”.
Hace cinco años, Lorena no tenía un trabajo fijo, y se dedicaba a hacer mesas dulces y otras manualidades, lo que denominaba como ‘mis cositas’. El ‘más’, llegó después, cuando la ceutí —la mayor de las hermanas— se dio cuenta de que para adquirir ciertos artículos bonitos y divertidos a buen precio tenía que salir de la ciudad autónoma.
“Me vino la idea de montar cosas aquí en Ceuta de detalles ‘cuquis’ y económicos”, explica. A ella, añade, “siempre le habían gustado” algunas marcas, pero comprar esos productos como un detalle para dar de regalo le parecía muy caro: “Intento traer cositas muy parecidas, pero más económicas”.
Junto a Carolina y Virginia Lara —ambas de 33 años, ya que son gemelas—, Lorena se instaló en un pequeño puesto del Mercado de Real 90, en unos inicios que califica como “duros”. Hace tres años se trasladaron al local en el que atienden a la clientela en la actualidad, frente a la plaza María del Carmen Cerdeira. “Darse a conocer costó un poco”, admite Lorena Lara. Hasta el establecimiento se acercan clientes de toda clase y edad, muchas veces por el boca a boca. Aunque las redes sociales, añade la mayor de las Lara Trujillo, como Instagram y Facebook, también les “ayudó mucho” en esta tarea.
En el comercio se pueden encontrar artículos diversos para casa o para la oficina. Desde vasos, termos y velas hasta cuadros, bolsos, chancletas, libretas y bolis y peluches. Tienen diseños coloridos y a menudo, un mensaje positivo o gracioso. Las propietarias recurren sobre todo a proveedores nacionales, los hay de Barcelona o León, entre otros, pero también traen de otros países como Francia o el Reino Unido que solo se pueden adquirir en la Península.
Con el primer estado de alarma, como tuvieron que permanecer cerradas, las hermanas pasaron por una época “muy dura”. Pero poco a poco, confiesan, van remontando.