‘Bazar Simpatía’ lleva cerca de 14 años vendiendo souvenirs en el centro de Ceuta. Su propietario, Chandru Mulchand Daswani, proviene de una familia de comerciantes. Su padre, Chornitmal Mulchand era de India, de la región de Poona, y se trasladó a Marruecos antes de llegar a la ciudad autónoma, a finales de los años treinta. Una vez se instaló, tuvo seis hijos: cinco varones y una mujer.
Al principio la familia se dedicaba a vender otro tipo de mercancía, sobre todo prendas y accesorios de cuero y electrónica. Pero con la proliferación de grandes superficies estos productos empezaron a dejar de compensarles ya que, explica Mulchand, esas tiendas ofrecen precios más competitivos o pagar a plazos.
Los Mulchand Daswani llegaron a tener cinco bazares. “Mi hermano hizo una, después poco a poco para otro hermano y así hasta cinco hermanos que somos. Hizo cinco tiendas, una para cada uno”, relata el vendedor. Todas se ubicaron en la zona centro.
Ahora quedan cuatro; este tipo de negocios no se encuentra en sus mejores momentos: “Esto ha cambiado mucho. Antiguamente venían los portugueses, los militares... había mucho negocio, pero lo que es el bazar bazar se ha quedado a cero”.
Además, el cierre de la frontera con Marruecos y la limitación de movimientos entre comunidades ha reducido las ventas. “Ahora mismo la mayoría son locales, el 80%; el 20 o 30% son de afuera, pero es que ya de afuera no viene nadie”, señala Mulchand. Los clientes ceutíes suelen llevarse artículos para sus familiares y conocidos en la Península, como llaveros, tazas y banderas.
En ‘Bazar Simpatía’ —que tiene ese nombre por el carácter del propio Chandru Mulchand, según asegura él mismo— también se pueden encontrar monederos, imanes, cámaras de fotos, pulseras, relojes, vasos para el té, entre la variedad enorme de productos que se distribuyen a lo largo de la tienda, situada en el número 10 de la Gran Vía.
Chandru Mulchand agradece el apoyo económico a los comerciantes caballas. “Si no fuera por las ayudas, vamos, tendrían que cerrar muchos más de los que han cerrado”, sostiene el ceutí de 65 años.