Jesús Álvarez Medina y Ana Ruiz del Portal abrieron las puertas de Banino’s en diciembre de 2006. El matrimonio decidió emprender con una tienda de decoración en el centro de Ceuta, un ámbito en el que Álvarez tenía más de 25 años de experiencia. El copropietario de la empresa había trabajado como encargado de un establecimiento similar. “Tenía la inquietud de tener un negocio mío, salió la oportunidad en aquel entonces y lo montamos. Empezamos a buscar muchos locales, y encontramos este que nos pareció el más adecuado”, rememora Álvarez.
Aunque la pareja caballa empezó con “muchos miedos”, confiesa, enseguida les fue bien por la variedad de objetos que ofrecen y que permiten convertir los domicilios ceutíes en un hogar. Venden desde jaboneras hasta tocadores, pasando por saleros y aceiteras, relojeros, espejos, mesas, sillas, baúles y jarrones de flores. Pero la ambientación navideña de la tienda —situada en el número 4 de la calle Cervantes— es lo que la ha convertido en una parada obligatoria a finales de año para muchas familias.
Jesús Álvarez ya había trabajado en una tienda de decoración como encargado
Desde finales de octubre los propietarios empiezan a acondicionar la parte de arriba del local, elaboran un arco de entrada y presentan todo tipo piezas decorativas. También colocan buzones y algunos niños depositan en ellos sus cartas a los Reyes Magos. Parte de la clientela también acude en el Día del Padre o de la Madre para adquirir regalos, como un juego de plumas estilográficas, abridores de botellas eléctricos y otros detalles para sorprender a los seres queridos.
Aunque en 2020, confiesa Jesús Álvarez, pasaron un mal trago cuando llegó la pandemia: “Veníamos de una feria de Madrid, que fue en enero, donde se compra toda la mercancía casi para todo el año. Nos encontramos que en el mes de marzo cerramos, con toda la mercancía, todos los pagos pendientes...” Para los comerciantes, que cuentan con dos empleados , fue “una debacle” de la que han podido salir adelante. Porque durante el confinamiento, explica el emprendedor, de 57 años, muchas personas se han dado cuenta de algunas carencias en su casa para la cocina o el baño y otras muchas han aprovechado para dar un cambio en la decoración.
Por este motivo, han acudido a este negocio en el número 4 de la calle Cervantes, donde reciben, según los propietarios, un trato cercano y personalizado. “Conocemos ya a la clientela sabemos más o menos sus gustos y qué necesitan”, aseguran.