El jefe de Neumología del Hospital Universitario de Ceuta, Leopoldo Domínguez, repasa en esta entrevista doce meses y medio de lucha contra la pandemia de la COVID-19 a pie de camilla.
– ¿En qué momento percibió que la crisis de la COVID-19 no tendría nada que ver con otras anteriores por SARS o Ébola?
– Desde el momento en que vimos cómo saltaba la enfermedad de un país a otro, extendiéndose rápida y exponencialmente, entendí que la gravedad era mucho mayor que en otras alertas previas y que sería sólo cuestión de tiempo el que también nos alcanzara.
– Desde un punto de vista didáctico, ¿cómo ataca el SARS-Cov-2 al cuerpo humano? ¿Cómo han aprendido sobre la marcha a tratarlo y qué herramientas se han echado más de menos?
– De entrada tenemos que entender que la SARS Cov2 es una enfermedad que, en la mayoría de los pacientes, empieza y termina en los pulmones porque, al igual que la gripe, los coronavirus son enfermedades respiratorias. Podríamos diferenciar tres fases clínicas: replicación viral, hiperreactividad inmune y destrucción pulmonar, aunque no todos los pacientes afectados pasan por las tres. El virus tiene una serie de proteínas en su superficie (proteínas S) que, al contactar con receptores de membrana específicos (los ACE, muy presentes en el pulmón) entran en el interior de la célula y, una vez allí replican su material genético liberándose a la sangre múltiples virus nuevos. En esta fase causan síntomas gripales, fiebre, cefaleas, tos, síntomas gástricos...
– ¿Es el momento más crítico?
– La segunda, la denominada hiperreactividad inmune, es la más determinante ya que en ella nuestro organismo, con la finalidad de defendernos, libera una serie de reactantes inflamatorios que en teoría deberían de dirigirse a las áreas dañadas y controlar la infección. En otras ocasiones, y entrando ya en la tercera fase, se produce una ‘tormenta inflamatoria’ y la infección se hace multisistémica, afectando a todos los niveles, dañando y destruyendo incluso tejido sano y, por supuesto, de nuevo a los pulmones, lo que provocaría una destrucción pulmonar crítica.
– ¿Qué han podido usar para responder?
–Nuestras herramientas fundamentales como clínicos son los antiinflamatorios y los corticoides que, en muchas ocasiones, tenemos que usar a dosis muy elevadas asociados a otros. No obstante, tenemos que añadir antibióticos de amplio espectro, pues son frecuentes las sobreinfecciones, y las diferentes modalidades de ventilación respiratoria que los pacientes puedan precisar. Con la vacuna hemos conseguido un gran avance y en tiempo récord, lo que nos permitirá minimizar en gran medida la progresión de contagio de la enfermedad, pero echo en falta un tratamiento antiviral dirigido eficaz.
"Lo más duro es ver al COVID o sus consecuencias llevarse un paciente después de darlo todo”
– ¿Qué momentos le han dejado más huella durante este año?
– Los peores momentos vividos en nuestra ciudad han sido en la segunda y tercera ola, cuando veíamos cómo aumentaba el número de pacientes que necesitaban de cuidados hospitalarios. Lo más duro es la impotencia que se sufre como profesional cuando lo has dado todo y ves que el COVID, o sus consecuencias, termina llevándoselos. Ese día el ambiente de trabajo cambia, la pena y frustración nos recorre a todos en una ciudad en la que todos nos conocemos o tenemos conocidos en común. Es evidente que lo más satisfactorio profesionalmente es dar un alta. Tras tantas semanas de lucha, meses en algunos casos, es inevitable que se generen lazos afectivos muy fuertes y no solo hablo de la relación médico-paciente, aquí debemos incluir a todo el personal sanitario y no sanitario: enfermería, auxiliares, celadores e incluso el propio personal de limpieza, el del personal de Observación del área de respiratorio o de la UCI... Es normal que, de forma espontánea, te salga aplaudir al paciente en el momento que vuelven a casa. En esta pandemia los protagonistas son los pacientes e incluso en esos momentos recuerdas a los que ya están y nunca olvidaremos.
- ¿Cuáles son las secuelas que se están encontrando en quienes superan la enfermedad?
– Estamos viendo que, una vez superada la fase aguda, en algunos pacientes persiste una serie de síntomas como la disnea o intolerancia a esfuerzos mínimos, secuelas de la infección respiratoria, palpitaciones, alteraciones en el olfato o gusto, insomnio, artromialgias, cefaleas… Se trata del conocido como Síndrome postCOVID Permanente.
– ¿Los neumólogos se han sentido escuchados, han tenido el protagonismo que debían en la respuesta a la pandemia?
– Todo el equipo de Neumología del Hospital ha hecho una magnífica labor desde el inicio de la pandemia. Aún viendo cómo se ha incrementado y de qué forma nuestro trabajo, nunca se ha dejado de atender ninguna de las muchas afecciones de nuestra especialidad, pues no todo es COVID. El pulmón es el gran órgano diana de esta enfermedad y ha sido decisivo el poder disponer de modernos equipos de Ventilación No Invasiva que se solicitaron desde el minuto uno, en la llamada primera ola, cuando aquí apenas éramos casi meros espectadores de lo que sucedía en el mundo, pues los casos fueron pocos y rápidamente controlados y aun teníamos la sensación que esto pasaría como un tsunami y apenas nos había rozado. Nos han permitido administrar oxígeno humidificado a muy alto flujo por cánulas nasales a pacientes que están en respiración espontánea. Estos pacientes suelen ubicarse en el área de urgencias, en la coloquialmente denominada área de respiratorio, pero, en otras ocasiones también tenemos que recurrir a estos equipos en los pacientes ya ingresados en planta que comienzan a no evolucionar como desearíamos. En ambas aéreas es donde el neumólogo realiza un seguimiento más estrecho de su evolución, aunque, no podemos dejar de insistir precisamente en el gran componente multidisciplinar de esta enfermedad siendo necesaria e imprescindible la aportación de otras muchas especialidades desde la Atención Primaria, Urgencias, Medicina Interna, Cuidados Intensivos...
"Probablemente tengamos que convivir con este virus y vacunarnos de forma reiterada”
– ¿Cómo ha respondido la UCI?
– Quisiera aprovechar la ocasión para hacer un más que merecido reconocimiento público a todo el equipo de cuidados intensivos de nuestro Hospital por la magnífica labor que desempeña a diario y más en estos momentos en los que con una plantilla escasa de intensivistas han hecho todo el esfuerzo para casi duplicar el número de camas.
– ¿Cuáles han sido los principales aciertos y errores que se han cometido durante el último año para gestionar la pandemia?
– Creo que nadie estaría preparado para gestionar una circunstancia como la que nos toca vivir, ninguna pandemia llega con un manual de instrucciones y debe ser complicado encontrar el equilibrio entre lo sanitario y económico. Sin duda se han ido tomando decisiones que, con el tiempo, hemos visto que eran más o menos acertadas. Lo triste es volver a reincidir en las que ya vimos que fracasaron.
–¿Cree que tendremos que acostumbrarnos a convivir con este virus como con la gripe?
– Sí, estoy convencido que este virus convivirá con nosotros bastante tiempo pues, aunque aumentemos el número de población vacunada y alcancemos la llamada inmunidad de rebaño, reduciendo así el número de contagios, probablemente tendremos que ir vacunándonos de forma reiterada, pues aún falta ver la duración y respuesta inmunológica frente a las nuevas mutaciones y cepas del virus.
–¿Qué piensa oye hablar a los negacionistas?
–Les invitaría a acompañarme en una de mis jornadas laborales.
– Si en el futuro tuviésemos que enfrentarnos a otra crisis parecida, ¿de qué elementos sería más importante disponer?
– Creo que debemos centrar nuestros esfuerzos en reforzar la investigación de nuevas terapias, así como en el desarrollo de nuevas vacunas.
Buen médico, persona con gran talante humano. Como Leopoldo necesitamos unos cuantos en el Hospital.
¡¡Un excelente profesional!! ¡¡Una buenísima persona!!
Gracias por su empatía y entrega. Gracias por estar en estos momentos tan difíciles que nos ha tocado vivir.
Mi ENHORABUENA E INFINITO AGRADECIMIENTO al Doctor Leopoldo Domínguez. Un GRAN PROFESIONAL, pero MEJOR PERSONA. La labor que están realizando en el hospital de nuestra ciudad es admirable en todos los aspectos. En mi familia, hemos vivido en primera línea este maldito virus que gracias al trabajo incansable, extraordionario y con mucho, mucho corazón luchan a diario para salvar vidas y en ocasiones, ganan la batalla a este enemigo invisible que tenemos entre nosotros. Una y mil veces, GRACIAS.
Un gran médico y mejor persona, muy humano y cercano al paciente.
Una alegría tener a este gran profesional.
Enhorabuena Leodami.
Los negacionistas como usted les llama, no son tontos, ya esta bien de meter miedo a la población, los médicos están para trabajar en su profesión, como otros de cualquier gremio, y si no pueden pues que se dediquen a otra cosa ( No solo va hacer cobrar muy buenas pagas sin hacer nada )
Gran médico la verdad, y hace su trabajo con gusto,