“Necesitamos periodistas que cuenten historias, no que opinen sobre ellas”

Carmela Ríos lleva años fuera de su tierra. Su profesión así se lo ha impuesto, pero se siente ceutí “por los cuatro costados”. Tanto es así que, pese a ser canaria de nacimiento (Las Palmas, 1965) -“me fui de allí con seis meses”- lleva al cuello un ceitil “que no me quito nunca”. Ganadora este año del premio Ortega y Gasset en su categoría de periodismo digital por la cobertura informativa que desde su cuenta de Twitter (@CarmelaRios) dio al movimiento 15M,  la periodista de Cuatro lo tiene claro: El futuro del periodismo está en internet, eso sí, pasando  antes por Twitter.

–¿Cuándo se separa de su Blackberry?
– (Risas) Lo cierto es que nunca, sobre todo twitteo noticias que me parecen interesantes, por eso procuro compartirlas, por ejemplo, en  la prensa francesa, ya que estuve mucho tiempo en París de corresponsal. Busco referencias a España, traduzco artículos o titulares, cuelgo portadas que me parecen chulas o bien cuando por mi trabajo, hago coberturas en directo, sobre todo de  temas judiciales, a través de Twitter.

–¿Cree que las redes sociales, pero Twitter sobre todo, se han convertido en una fuente de información para el periodista o en otra manera de comunicarse con los ciudadanos?
–Es una herramienta de trabajo con  múltiples aplicaciones. El problema es que Twitter es un mundo por descubrir porque es un soporte que permite difundir en tiempo real texto, imagen y vídeo, y  al mismo tiempo te permite hacer nuevas fuentes.

–¿Tenemos ahí el futuro del periodismo?.
– Creo que en internet están bastante de las claves del periodismo y en Twitter hay unas poquitas más.

- De todas las redes sociales, ¿Es Twitter la más útil para un periodista?
–Creo que sí. Facebook es una herramienta más útil para el marketing que para información, aunque también tiene sus adeptos, Linkedin es una red profesional, pero Twitter es lo más periodístico que hay en la actualidad por su inmediatez, porque son mensajes tan cortos, por la posibilidad de colgar enlaces. A lo mejor dentro de unos años desaparece Twitter y otra red viene a sustituirla, pero soy muy partidaria de las redes sociales en general y de internet sobre todo, porque sin internet no vamos a entender lo que va a pasar en comunicación y el periodismo en particular

–¿Está de acuerdo con la la máxima ‘un ciudadano, un periodista’?
–Lo del periodismo ciudadano lo tomo con mucha cautela porque en la base de todo está el pulimento del periodista. Está muy bien que los ciudadanos compartan información, pero no todo vale. Hay que confirmar las noticias y eso significa que cuando un blogguero te manda una foto de lo que está ocurriendo en Homs o te está contando  una manifestación en Damasco (Siria) es una información preciosa y valiosa, pero que hay que contrastarla para darla por buena. Esa es la misión fundamental del trabajo periodístico y una obligación del profesional de la información. Confirmar y contrastar siempre. Esa es la diferencia entre el ciudadano y el informador.
Evidentemente hay un componente de interactividad entre el periodista y el lector, un diálogo entre ambos en Twitter porque el  periodista suele tener mucha información de los propios lectores, pero al final el ‘trabajo sucio’ lo hacemos nosotros, que somos quienes tenemos que aplicar las reglas del periodismo. Lo demás no es periodismo, es compartir, es participar, pero no se puede ni debe confundir.

– Este año, el Ortega y Gasset ha recordado el movimiento ciudadano del 15M ¿Qué recuerda de aquella movilización popular y por cuya cobertura informativa ha sido galardonada?
– Es un fenómeno que en España ni habíamos vivido con esa intensidad y participación. Fue algo muy original. Creo que el gran valor de todo es ver como la gente asume herramientas muy democráticas, como la protesta en la calle, la manifestación, para pedir cosas, que es otra forma de entender la política en los estados de Derecho y sobre todo en los democráticos.

- ¿Qué le inspiró a seguirla minuto a minuto?
– Yo he contado una historia como periodista que soy y en ese caso la noticia que fue el nacimiento de un movimiento civil con un gran apoyo social y que mutó al cabo del tiempo en un algo más permanente a través de las asambleas. Procuro no opinar, siempre que puedo, porque creo que este país está necesitado informadores que cuenten historias y sobran periodistas que opinen de ellos. De tertulianos tenemos unos poquitos ya...

- ¿Por qué twittear el día a día de este movimiento?
-Vengo de una televisión que ya no está, que es CNN+, que fue una cadena que tenía la gran particularidad de contar las cosas en vivo y en directo, lo cual para un periodista es un tesoro. Cuando la cadena cerró me quedé huérfana de ese modelo de información. Cuatro tiene informativos en un espacio determinado, pero no tiene un soporte determinado para estar contando todo el tiempo historias.
Lo que yo hice fue usar casi intuitivamente Twitter para contar cosas en directo. Es que ni lo pensé, y así ocurrió cuando aquel 15 de mayo el movimiento arrancó en una manifestación a la que acudieron pocos medios y yo estaba allí con el teléfono haciendo fotos, subiendo mensajes, contando que había mucha gente, lo que decían las pancartas.... había personas que me daban las gracias porque en esos primeros momentos había pocos periodistas contando lo que estaba pasando. Y en directo este tipo de cosas es muy difícil de asumir para la prensa escrita o para la radio, incluso para la televisión.  Me di cuenta del potencial que tenía Twitter para contar cosas en directo, porque da unas impresiones muy vivas, frescas e inmediatas. Yo lo utilizo fundamentalmente para eso, para hacer un live web, una narración en riguroso directo.
Cada noche podía mandar entre 50 y 60 mensajes y estuve casi un mes. No llevo la cuenta, pero fueron como 1.500 mensajes...todos sobre el 15M.
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