El presidente de la Ciudad se ha comprometido con CEMSATSE “a trabajar por la vuelta de la enfermera escolar a los colegios e institutos de la ciudad autónoma de Ceuta”.
Se trata de un asunto que colea desde hace tiempo y de una reivindicación que se cubrió temporalmente con los Planes de Empleo, pero que ahora ha recobrado vigor de nuevo con el impulso de un grupo de madres de alumnos con problemas de salud que se sentirían más tranquilas con un profesional sanitario en cada centro escolar.
El Ministerio de Educación considera que es incompetente para asumir esa exigencia y el Instituto de Gestión Sanitaria tampoco parece dispuesto a hacerlo, así que al final la petición y la presión se agudiza sobre la administración local, que sí es responsable en materia de Salud Pública, aunque no asistencial o educativa.
La solución para la demanda debería venir de un análisis compartido por todas las partes implicadas que precisase la necesidad verdadera de contar con una enfermera en cada centro educativo (cuando los recursos son limitados, pues si no lo fuesen no cabría debate alguno) y comparase la situación en la ciudad con las medidas que se han implementado en otras regiones del país como Andalucía, sobre todo a partir de la crisis sanitaria.
Es comprensible la reclamación de todos los medios humanos y materiales posibles para los servicios públicos, especialmente cuando se trata de ámbitos tan sensibles como el escolar, para la administración no debe posicionarse por la intensidad de la presión que reciba o por la oportunidad de ponerse una ‘medalla’, sino por el interés general.