La zona comercial de naves de Fnideq (Castillejos) se ha convertido en la última esperanza laboral para las personas que se dedicaban al porteo de mercancías de Ceuta a Marruecos y para todos aquellos que buscan un futuro en la región.
La segunda edición de las Jornadas de Puertas Abiertas en la Zona de Actividad Económica en el municipio marroquí ha reavivado la promesa de recolocación de cientos de personas que cargaban bultos para ganarse la vida, primero a través del Biutz, y luego del Tarajal II, hasta finales de 2019.
Las autoridades presentes en este acto declararon su intención de que este proyecto nacido para dar un impulso a la economía de la región que comprende a Castillejos, M'Diq (Rincón) y Tetuán pueda dar frutos pronto con la incorporación al mercado laboral de los desempleados del contrabando.
Para cumplir con este objetivo, los empresarios asentados en estos almacenes fronterizos tienen que generar oportunidades que vengan acompañadas de la contratación de trabajadores.
A pesar de los continuos anuncios de programas de activación del empleo, de incentivación de inversiones y las sinergias con el puerto Tánger Med o una futura aduana comercial, la Zona de Actividad Económica no termina de despegar en cuanto a la ocupación de los antiguos porteadores que vivían del contrabando a través de la frontera con Ceuta.
Del 'boom' de las naves del Tarajal al declive actual
Mientras esto ocurre en el lado marroquí del antaño comercio transfronterizo, en Ceuta aquel 'boom' de las naves del Tarajal se ha apagado y sus calles se encuentran prácticamente vacías a excepción de los clientes ceutíes que se acercan a los pocos negocios que permanecen abiertos en comparación con los 'años dorados' del porteo.
Ese declive derivado de la interrupción del porteo por parte de Marruecos recibió la estocada final con las medidas de contención puestas en marcha por la pandemia del coronavirus, a comienzos de 2020, y su transformación temporal en albergue. No obstante, estos comerciantes tratan de reinventarse.