Quince centros educativos de la ciudad van a seguir utilizando las disciplinas artísticas para “transformar” a sus comunidades. El director provincial de Educación, Javier Martínez, y la directora gerente de la Fundación Yehudi Menuhin, Anabel Domínguez, presentaron este viernes en la sede del Ministerio en Ceuta la continuación del Programa MUS-E durante el curso académico que acaba de comenzar en los mismos quince colegios e institutos en los que se desarrolló el año pasado (en tres IES, de forma novedosa). Llegará a un total de unos 3.700 estudiantes.
El proyecto utiliza “el aprendizaje y la práctica artística” como “fuente de equilibrio y tolerancia” y parte de la utilización de las artes “como herramienta para el trabajo en los centros educativos”. Contempla el desarrollo de la inteligencia emocional “como fuente que pretende fomentar la cohesión social” y pretende “luchar contra la posible exclusión de niños y niñas que viven en ambientes desfavorecidos”.
Según destacó Domínguez, lo logra: durante los veinte años que lleva en funcionamiento “ha conseguido, según las palabras de los propios alumnos, ‘cambiar su vida’ o hacerles ‘mejores personas”. Martínez puso de relieve que, además, sirve para paliar algunos “déficits” de la legislación vigente como “las enseñanzas artísticas”.
Con una dotación presupuestaria en Ceuta de 57.000 euros anuales y 17 artistas que además también son voluntarios de la Fundación, aquellos centros que por acuerdo de su Claustro Docente y su Consejo Escolar deciden incorporarse deben asumir que “no se trata de actividades extraescolares: buscamos transformar, no entretener”.
La evaluación de sus resultados en cursos anteriores atendiendo a la reducción del absentismo y el abandono escolar, el fomento de la cohesión social, la perspectiva de género y diversidad, la incorporación del trabajo familiar y la transferencia metodológica es “muy positiva”.
La programación del MUSE se extiende durante todo el curso y abarca “a todos los estudiantes de los centros” para aprovechar que “muchas veces los cambios se logran con la interacción entre iguales”.
Martínez y Domínguez empezaron a trabajar este viernes en una posible ampliación del presupuesto disponible del Ministerio con el fin de que, en 2020, pudieran involucrarse más centros, aunque la prioridad de la Fundación no es “sumar números” para crecer en términos cuantitativos, sino cualitativos.
Este año el eje de la propuesta es ‘Diversidad como riqueza’, entendida la primera en sus vertientes “cultural, religiosa, de género, generacional, profesional... Se trata de hacer ver que todos somos diferentes y hay que contar también con el alumnado, que no es solo futuro sino también presente y cada vez llega más rápido y más despierto”.