Vente y quédate conmigo.
Expreso mi devoción a esos
instantes que estás conmigo.
No te detengo, ni deseo que te
apartes de mí.
Más siento algo que fluye de mí.
Sé que me tocas esos instantes.
Es cuando las letras tienen ese
ver y desear.
Las rimas se observan.
Las tinieblas se van y viene la luz.
Bendita seas por los momentos
que obran en mi cuaderno.
Yo siempre te digo: ¡No me
apartes de tu lado!
Dame esa varita de tus emociones.
Sé bondadosa con mis sentimientos.
Y abre el corazón un ratito.
Los rayos salen.
Me calientan y yo lo agradezco.
Más te digo: ¡Gracias!
Pero no me dejes nunca
desconsolado.
Ni dudoso en mis líneas.
Esas que muchas veces no
quieren fluir de dentro de mí.
Que el mundo ve que no están
escrito con algo de mí.
Sino que salen de otro lugar.
Ya no es ese maravilloso
instante de mis capilares.
Son cosas que pienso y no son
de este mundo.
Son las maravillas de nuestros genes.
Y yo te pregunto: ¿Yo podría hacer
algo tan bello como tú lo haces?
Las dudas se me atrofian
en mi mente.
Y el no escuchar nada me hace
quedar vacío.
Seré un inútil.
O solo dependo de ti.
Si es así prefiero ponerte un altar.
Todos los días darte esa ofrenda
que me digas.
Y solo pensar que me lo
agradezcas con unos versos sueltos.
Con un ápice de tu capa mágica.
Con ese arte que tienes por montera.
Gracias por ese ratito.
Por eso instantes.
Por dejarme preñado de un
solo verso.
Eres única.
Por eso te venero.
No me dejes sin ese veneno.
No me dejes de nuevo.
Escucho unos cantos,
de ángeles deben de ser.
Susurran a mi oído.
Me quedo medio sordo.
¿Que querrán de mi?
Por mucho que quiero no
consigo entender.
Es cuando mi imaginación vuela.
Deseo emprender ese viaje.
¿Será para llegar contigo?
Escucho algo.
Creo entender: Ven.
Miro a todos lados y no consigo
saber de dónde viene.
Me quedo riendo y te prometo
que deseo que seas tú.
Jugando conmigo.
¿Deseas decirme algo?
Estoy aquí intranquilo.
Me preparo con mi lápiz y mi libreta.
Deseamos que nos dictes algo
para completar estas líneas.
Y aquí vienen esos nuevos versos.
Esa nueva hornada.
Esas ideas que me faltaban.
Gracias te doy nuevamente.
Mi querida MUSA.
P.D.:
Nuestro pensamiento es arena, y cuando intentamos recoger un puñado de ese pensamiento, la mayor parte de los granos se nos escurren entre los dedos.