Este miércoles se ha procedido por parte del pintor
Javier Montesol a la entrega del mural
‘La batalla de Tetuán’ al
Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta. El acto se ha celebrado en el
Regimiento Mixto de Artillería, situado en el acuartelamiento Fuentes Pila. En este lugar se ha depositado temporalmente, por la implicación del Arma de Artillería en esa batalla y por el amplio espacio que requiere la exposición. Para entender de donde proviene esta obra nos tenemos que remontar a octubre de 2019 cuando realizó una versión a tamaño real de la ‘Batalla de Tetuán’ en el MNAC de Barcelona. Ofrecida esta obra por su autor al Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid), sin dudarlo la dirección del Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta se interesó por ella, con el fin de incluirla entre los fondos que se expondrán en el futuro Museo Militar del edificio de ‘Rampa de Abastos’.
Montesol, neoimpresionista, realizó su obra sobre tres bastidores con tela de lino unidos, que juntos hacían la medida original de la obra 300 x 970 cm. Aunque en un principio pensó utilizar pintura al óleo, finalmente se decantó por el acrílico por su facilidad de diluirlo en agua. La falta de una brocha de gran tamaño y grosor se suplió con una escoba de cáñamo y trapos. Por parte del Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta, a partir del mes de febrero, la obra de Montesol también será ofrecida temporalmente a la ciudad para su posible exposición en cualquiera de sus museos o instalaciones. El autor ha quedado maravillado de Ceuta. En el acto también han estado presente Carlos Rontomé, consejero de Educación y Cultura, y, Adela Nieto, perteneciente de esa Área.
La batalla de Tetuán (9,72 m x 3 m) fue pintado por Fortuny entre 1863 y 1865 en su taller de Roma y, curiosamente, está inacabada, ya que el autor, un tanto desencantado o cansado de una obra tan grande, la abandonó y devolvió el dinero que hasta ese momento le había pagado la Diputación. Ese aspecto “inacabado” le ha dado, paradójicamente, un aire muy actual, y transcurridos más de 150 años desde su ejecución, la obra ha resistido admirablemente el paso del tiempo y está considerada una de las más importantes de la pintura del XIX.