De la municipalización de la limpieza se lleva hablando meses en Ceuta. Lo que parecía un imposible terminó por amoldarse a una inequívoca realidad: la necesidad de ejecutar un cambio, como se hiciera con la anterior titularidad de autobuses, pero esta vez con el servicio de recogida de residuos.
El próximo 7 de marzo habrá pleno y el PP necesita una mayoría absoluta a favor que, de momento, a días de esa sesión, no está concretada.
La futura sociedad pública pretende reflejar el control de la administración sobre este servicio bajo el argumento del interés público, la conveniencia y la oportunidad de prestar unas labores que siempre han estado, no ya en el punto de mira por su desarrollo, sino sometidas a amenazas/advertencias de huelga coincidiendo con periodos destacados como las fiestas patronales o la Semana Santa.
Sobre la mesa está la subrogación del personal respetando derechos y obligaciones, algo que ha quedado clarificado tras las reuniones con sindicatos y sin necesidad de hacer asambleas de trabajadores.
La primera ‘batalla’, ganarse a los empleados
La primera ‘batalla’ se fue ganando en diciembre del año pasado, cuando el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, logró encarrilar esa municipalización tras reunirse con líderes sindicales que aún representaban a una plantilla revolucionada.
Después tocaría lidiar con mensajes vía WhatsApp del encargado general de Trace, Juan Gutiérrez, exigiendo una convocatoria de asamblea que nunca llegó por mero rechazo de la mayoría.
Los sindicatos poco a poco fueron variando sus posturas hasta el acercamiento conseguido con la promesa de respetar los derechos de la plantilla.
Ahora, el reto político de la mayoría absoluta
El PP se enfrenta a su primer gran reto después de los baches que tuvo que esquivar antes de la aprobación de los Presupuestos con amenazas de partidos que antes le habían dado el sí, como fue el PSOE, de provocar un giro radical que finalmente no hizo.
Ese gran reto pasa por la obtención de una mayoría absoluta. Un reto que convierte el pleno del 7 de marzo en la gran ventana política para evaluar el estado de las formaciones en la oposición (incluso internamente) y el viraje que pueden dar o no. El tiempo de espera no fue nunca tan clave como ahora.
A la querencia del Gobierno y su apuesta clara por la municipalización como la mejor de las opciones hasta darla como única válida requiere del respaldo político que aún tiene que demostrarse.