La selección de Marruecos de fútbol Sub-17 perdió, este sábado, ante su homóloga maliense, por 1 gol a 0, en los cuartos de final del Mundial de esta categoría, que se disputa en Indonesia.
Sin embargo, más allá de esta derrota, se encuentra la hazaña de la selección marroquí de fútbol sub-17, que alcanzó los cuartos de final del Mundial, lo cual pone de relieve el esfuerzo realizado por Marruecos en materia de formación futbolística.
Este espíritu está encarnado por la Academia de Fútbol Mohammed VI, clave en los éxitos de los últimos años de las selecciones nacionales en el panorama continental e internacional, lo cual ha favorecido el surgimiento de una generación de jugadores de alto nivel.
La Academia Mohammed VI ha contribuido a la gesta de la selección en Indonesia con el portero Taha Benrhozil, Abdelhamid Ait Boudlal, Hamza Koutoune y Fouad Zahouani.
La Academia de Fútbol Mohammed VI, inaugurada en 2010 por el rey del país vecino, ha movilizado inversiones de alrededor de 140 millones de dírhams. Es la expresión de la gran preocupación concedida por la cuestión deportiva en general, y al desarrollo de la práctica del fútbol en particular.
Además de su programa de referencia en términos de formación de jugadores, esta estructura sirve como cantera de talentos en ciernes, algunos de los cuales forman hoy la columna vertebral de la selección nacional A que alcanzó las semifinales del último Mundial (Qatar 2022), una hazaña nunca antes lograda por una selección nacional árabe o africana.
Con una superficie de aproximadamente 18 hectáreas, la Academia de Fútbol Mohammed VI tiene como objetivo contribuir a la selección y formación de futbolistas de alto nivel.
Cumpliendo con los estándares internacionales en este ámbito y ofreciendo un marco adecuado, así como unas condiciones óptimas de confort y seguridad, la Academia de Fútbol Mohammed VI permite la formación de jóvenes para el fútbol de élite tanto en Marruecos como en el extranjero.
Este establecimiento constituye así el motor de toda una política de formación a escala nacional y de una estrategia relativa, entre otras cosas, a proyectos de prospección y detección de talentos en las diferentes provincias del reino y al desarrollo de competencias en los marcos técnicos nacionales.
Los clubes no quedaron al margen de esta dinámica virtuosa: se brindó un apoyo sustancial a los clubes y ligas regionales, así como a los clubes de élite, asociado con el establecimiento de infraestructura de calidad para aumentar el ritmo de entrenamiento y brindar una buena formación a los talentos en ciernes.
En este sentido, desetaca, entre otras cosas, la inauguración, en septiembre de 2022, de la academia de fútbol Raja de Casablanca en Bouskoura, en el marco del ambicioso proyecto de la Real Federación Marroquí de Fútbol, cuyo objetivo es proporcionar las infraestructuras deportivas necesarias en las diferentes regiones de el Reino para reforzar la calidad de la formación de los jóvenes futbolistas.
Durante este partido disputado en el estadio Manahan de Surakarta, el equipo del técnico Saïd Chiba intentó cerrar su zona ante un equipo maliense que monopolizaba el balón.
Mali tuvo las mejores ocasiones en la primera parte. A partir del minuto 6, Ibrahim Kanaté se encontró cara a cara con el portero marroquí Taha Benghozil, que logró salvar magistralmente su escuadra.
Cuatro minutos más tarde, Hamidou Makalou disparó un buen disparo al borde del área marroquí que empujó a Benghozil a hacer todo lo posible para mantener a los dos equipos empatados.
Tras una acción colectiva maliense en el minuto 24, Ange Martial se infiltra en el área y vence a Benghozil, pero su intento es bloqueado por el defensa Saifdine Chlaghmo.
En el segundo tiempo, los marroquíes siguieron dejando que los malienses tomaran el control del partido, intentando sorprenderles con contraataques.
Al final de uno de estos contraataques, Ayman Ennair dribla al portero maliense Bourama Kone antes de realizar un pase lateral que no encuentra al atacante Nassim Azaouzi (62º).
El partido se volvió entonces más equilibrado, con el equipo maliense luchando por encontrar soluciones ante un sólido bloque marroquí alineado en un 4-2-3-1.
Sin embargo, Mali logró encontrar el fallo en la defensa marroquí en el minuto 81 gracias a Ibrahim Diarra.
El once marroquí pudo igualar en los últimos minutos de juego tras un saque de esquina, pero el cabezazo de Adam Boufandar se fue desviado del palo izquierdo del portero maliense (90+1).
En la semifinal prevista para el martes en el estadio Manahan de Surakarta, la selección maliense se enfrentará a su homóloga francesa, que eliminó a Uzbekistán (1 - 0).
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