El confinamiento en Ceuta dio pie a cuantiosas historias de nervios, fugas y agresiones focalizadas todas ellas en el pabellón de La Libertad, habilitado por vía de urgencia para acoger a los marroquíes que debían, en pleno estado de alarma, estar recogidos. Uno de aquellos sucesos cobró protagonismo mediático porque el marroquí, M.L., terminó arremetiendo no solo contra la Policía Local sino, antes, contra un trabajador de la Cruz Roja. La titular del Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado sentencia condenatoria contra este, imponiendo una multa de 6 meses a razón de 2 euros diarios por un delito de resistencia contra los agentes pero no contra el miembro de la entidad humanitaria que, en pleno juicio oral, decidió retirar la denuncia tras perdonar a su agresor.
Los hechos a los que hace referencia la sentencia, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro, se produjeron el 15 de abril de 2020, tras acontecer un enfrentamiento entre varios individuos dentro de ‘La Libertad’. M.L. cayó inconsciente y cuando el trabajador de Cruz Roja fue a atenderle, le intentó coger por el cuello causándole lesiones.
Al pronto acudieron policías locales que intentaron sujetar al agresor, oponiendo este una fuerte resistencia y forcejeando con ellos. El perdón fue la vía elegida por el miembro de Cruz Roja para, en la vista oral, saldar esta deuda con su agresor, toda vez que consideró que aquella reacción fue sin pretender un daño específico.
En el caso de los policías locales mantuvieron que el acusado se había abalanzado contra ellos y que incluso había intentado morder a uno de los efectivos municipales. En sentencia se considera los hechos como enmarcados en un delito de resistencia y no atentado, al tener en cuenta que el acusado había sufrido previamente un síncope y al salir de ese estado de inconsciencia había tenido lugar la agresión.
La cuota de multa impuesta ha tenido en cuenta también las circunstancias personales del acusado, una persona inmigrante que además se encuentra en la indigencia.
Multar a un insolvente, es como rascarse los testículos para calmar la tos. Cada dia me asombra más la clase de justicia que hay en España, y quienes la ejercen.
Multan a un insolvente inmigrante sin devolución.y prisión para los españoles