Añada del ochenta y cuatro. Ceuta. Pero también Granada, Ucrania y Marruecos. Estefanía Pérez es Ebhel Africana. O al revés. “Yo soy de Ceuta, sí. Soy africana. Y no creo en las vallas. Adoro mi ciudad, la llevo a muerte. Soy muy patriótica pero me encanta Marruecos, he vivido tres años allí. Creo que llevamos dentro un mestizaje maravilloso: yo soy ceutí, soy árabe, soy mestiza, soy africana y soy muchas cosas a la vez”. Todo eso es lo que esta noche saldrá de sus entrañas en Sarao Terraza durante la presentación de su primera maqueta Gallos de Ciudad, en la que ha volcado el trabajo de años.
–Emociones. Noche de estreno.
–Así es. Doce temas. La actuación tendrá dos pases, con un break de quince minutos. También habrá tres covers aunque al final siempre tendrán un coletazo mío. Realmente, todo es diferente.
–¿Comienzas una etapa nueva?
–Sí. Gallos de Ciudad es un comienzo nuevo donde me lanzo sola pero sin olvidar a todos mis amigos, a todos los que me han hecho crecer en todos mis años de experiencia musical.
–¿Qué son los ‘gallos de ciudad’?
–Tuve un novio del barrio de La Estación donde su vecina echaba a los gallos cuando nosotros llegábamos de fiesta por la mañana. En una ocasión le dije “si alguna vez saco un disco, le pondré Gallos de Ciudad porque yo soy una gallita”. Eso fue en 2012.
–Parece algo nuevo a todo lo anterior.
–Voy a presentar, por primera vez, una maqueta musical. Por primera vez, canto algo mío. Llevo escribiendo desde que tengo uso de razón, desde que era una jovenzuela, pero siempre se ha quedado en una libreta. Estoy contenta y, a la vez, nerviosa porque, cuando uno trabaja sobre covers, todo parece más fácil. Siempre me he sentido más segura en ese registro y ahora estoy histérica.
–¿Quiénes eran los protagonistas de tus canciones?
–Creo que le he escrito a casi todas las personas que se han pasado por mi vida y creo que nunca se las he cantado. A ninguno de mis amores, de mis mal de amores, a ninguno de mis amigos o alguien que me haya alentado. No sé, todas esas inspiraciones que he tenido a lo largo de mi vida. Es como que me voy a destripar y también voy a decir un poco a los demás “aquí lo tenéis”.
–¿Puede uno cantarle a sus amores pasados cuando tiene pareja?
–Yo soy artista. Esa pareja que esté a mi lado debe saber que le voy a decir “te vas a tragar que te amo pero te vas a tragar, también, que he amado”.
–Estás en un momento en el que te sientes plenamente artista.
–Yo, primero, soy artista; luego, maestra y educadora social; y luego, soy cajera de supermercado y saco la traspaleta y saco el palé. Pero, primero, soy artista. Lo que pasa es que en esta vida, a veces, ser artista no te da de comer y uno tiene que complementar su vida con otro tipo de trabajos que nos gustan menos, quizá. Pero, por supuesto, lo primero que soy es artista, cantante y también pretendo sacar, en breve, mi primera novela, de carácter autobiográfico.
–Uno de esos trabajos es en el CETI.
–Trabajo en la federación Andalucía Acoge. Después de mi éxodo en Marruecos, regresé para trabajar con personas maravillosas que me dan lecciones cada día, que me dan una bofetada de humildad y que hace replantearme quien a lo mejor, no he perdido tanto. Que hay gente que ha perdido más, que hay gente que aun habiendo perdido más que yo, tienen la fuerza, la destreza, la audacia de saltar una valla. Y de presentarse como un Cristo. Esto hace replantearte tus propias catacumbas porque el egoísmo también tiene un límite.
–¿Habrá un momento en que puedas vivir únicamente de tu música?
–Por supuesto. Tengo el pleno convencimiento de que voy a triunfar.
–¿Todo este nervio siempre lo vuelcas en el escenario?
–No es nervio. Nunca me he atrevido a decir esto porque siempre he sentido nervio. Ahora es templanza. Antes pensaba que solo había un eje en la vida y he descubierto que hay muchos ejes de mi vida. Tengo muy claro que voy a llegar donde quiero llegar. Sé que estoy haciendo tanto esfuerzo, trabajando tantas horas, tan canija como me he quedado... ¡siempre he tenido una talla cuarenta y ahora tengo una talla 34! Sé que estoy trabajando tanto en otras cosas para poder llegar a ser lo que quiero ser, que lo voy a conseguir. Antes no lo hubiera podido decir así.
–Feliz se te ve desde luego.
–Tengo diagnosticada una depresión desde hace quince días. La pérdida de mi madre fue un golpe bastante duro.
–La pérdida de una madre siempre un golpe difícil de encajar.
–Eso ocurrió el 12 de febrero de 2018 y todas las pérdidas son dolorosas aunque la pérdida de los padres son ley de vida. Quizá, han sido más dolorosas todas las pérdidas que han venido después.
–En esta maqueta que se presenta este jueves por la noche, ¿hay alguna canción dedicada a la pérdida de tu madre?
–Lo que siento por ella no me cabe en una canción. Cada día la recuerdo durante 28 horas. Pero también digo una cosa: la muerte de mi madre es lo peor y lo mejor que me ha pasado. Mucha gente se preguntará por qué lo mejor, “cómo tienes esa cara de decirlo”, me dirán. Pues sí, porque los hijos, a veces, no vemos más allá de nuestras narices y necesitamos perder de verdad para subir a esta plataforma de sufrimiento a ver qué es lo que pasa. Yo me subí y no me voy a bajar.
–¿Esas pérdidas estarán en la novela autobiográfica que esperas publicar en febrero?
–Por supuesto. Son mis mierdas.
–Se nos está quedando una entrevista muy seria. ¿Te consideras cantautora o haces canciones de autor?
–A lo mejor será que el término cantautor, cuando me pongo Youtube o Google, perdón, de verdad, pero es que me parece un término que está asociado a algo tan aburrido, que termino diciendo “yo no soy cantautora”. Soy letrista, compositora y hago música para reventar. Me encanta Luis Eduardo Aute, Pedro Pastor, ‘El niño de la hipoteca’, pero no. Y soy más Rihanna (risas).
–¿Qué nos vamos a encontrar esta noche en Sarao Terraza?
–Pues un sarao. Íbamos dos personas y al final vamos cinco artistas. Parecemos una banda, a liarla, a divertirnos. A dar lo mejor de nosotros mismos.
–Por cierto, ¿qué es de aquel novio de la barriada de La Estación?
–(Risas). Pues espero que le vaya muy bien y que si quiere venir al concierto, que venga.
–Ya hemos terminado.
–¡Qué pena!
Pues yo soy de ceuta española y si creo en las vallas,y para nada soy marroquí,asi q todos no nos identificamos contigo
Totalmente de acuerdo,a esta tia hay que bajarle los humos un poco