Los dos alcatraces que llegaron debilitados y desorientados a Ceuta recientemente han fallecido. A pesar de los cuidados, finalmente los dos ejemplares, no han logrado salvarse. Tampoco presentaban un diagnóstico esperanzador. Habían llegado con un peso bajo y en unas condiciones poco óptimas.
No es poco común que las aves que llegan a la ciudad con un mal estado de salud finalmente no logren sobrevivir. “Esto es muy habitual. Las aves muchas veces son recogidas, van al veterinario y siguen un tratamiento, pero fallecen”, expresa José Luis Ruiz, técnico de Obimasa.
El diagnóstico de estos dos ejemplares era un síndrome debilitante por falta de alimento, de ahí que tuvieran un peso por debajo del normal. Ambos llegaron a Obimasa con hipotermia y, en principio, no padecían de Gripe aviar.
Estas aves primero pasaron por un chequeo a manos de Miguel Ángel Guirado, veterinario, quien se encarga de comprobar el peso, revisar si existe alguna lesión y hacer un análisis de sangre.
Varios ejemplares en las últimas semanas
A estas dos se suma una tercera, la última rescatada que actualmente está a cargo de los técnicos de Obimasa. Este ejemplar sí va a ser sometido a una prueba de detección de Gripe aviar con la finalidad de cerciorarse de si el ave la padece.
A este alcatraz se le ha detectado una lesión ocular que podría ser producto de un episodio antiguo de influenza, razón por la que se ha decidido realizar, por seguridad, un examen al ave y así asegurar que no ha recaído de nuevo en esta enfermedad.
Ruiz hace hincapié en que esto no debe generar una alarma y que aún se desconoce si tiene o no esta dolencia. Se trata de una prueba para comprobar su estado. “Lo más posible es que no la tenga. El veterinario que lo examina no ha encontrado síntomas externos de padecerla”, explica.
El temporal, causante de su débil estado de salud
Este técnico y Guirado coinciden en que parte del mal estado de salud de los tres alcatraces que se han rescatado en Ceuta se debe al temporal. “Han estado tiempo sin comer”, expresa Ruiz. Guirado explica que esta falta de energía no le permite ir en busca de fuentes de alimento ya que para ello requieren de unas fuerzas que no tienen.
Este veterinario asegura que el hecho de encontrar un ejemplar adulto varado es una situación “anormal” y que sería más plausible en alcatraces jóvenes que puedan llegar a desorientarse.
No es el primer caso y, seguramente, tampoco el último. Es habitual que todos los años algunos alcatraces lleguen exhaustos a Ceuta, tal y como trasladan desde Obimasa. Todos los años tienen, en época de invierno, casos de ejemplares que llegan hasta las instalaciones. El año pasado fueron dos los que se recogieron en la ciudad y el máximo número de ejemplares de los que se han hecho cargo han sido cuatro.
Ruiz señala que no es poco común que esta especie tenga presencia en Ceuta. “Todos los años aparecen alcatraces jóvenes o adultos, algunos muy mayores y otros no. Es un ave habitual en la ciudad”.