Pudo morir aplastado en una avalancha, o desplomándose sin más después de un sobreesfuerzo o bien en su casa, inactivo desde que se interrumpió el porteo entre Ceuta y Marruecos. Pero no, el coronavirus ha sido la causa del fallecimiento de Mfidal Chairi Kachaf, el porteador de Castillejos que se hizo popular con 66 años al ser el primero en cruzar un bulto de mercancía por el entonces flamante ‘Tarajal II’.
Aquel 27 de febrero de 2017, la ahora víctima del coronavirus se convirtió en el protagonista inesperado de la jornada porque estrenó el paso de mercancías, sobre las 8:15 horas, con un paquete de textil. El tamaño del bulto era menor del que desearía debido a las restricciones de la época, algo que agradecía su espalda, pero no su bolsillo ya que se embolsaría menos por el pase. No obstante, el porteador se mostró satisfecho por el traslado del Biutz al ‘Tarajal II’, un cambio publicitado en aquel momento como la panacea al desorden y el caos.
El sexagenario atendió amablemente a los periodistas, a quienes explicó que llevaba diez u once años dedicándose a cruzar estos fardos. Entre la ovación del resto de camalos presentes, que esperaban su turno para cargar, Mfidal preguntaba desenfado si podía continuar su camino una vez saciada la curiosidad de los periodistas el día de la inauguración.
Después de ganarse la fama de ser el primero en recorrer el enrejado circuito del ‘Tarajal II’ hasta Bab Sebta, el marroquí sufrió la suspensión del comercio atípico ya que el porteo era su único sustento. La familia de Mfidal, que informó de su fallecimiento el pasado 18 de septiembre en Castillejos a consecuencia del COVID-19, explicó que acarreó con verdaderos problemas económicos tras el cierre del paso de mercancías. Como está ocurriendo con cientos de compatriotas empleados en el comercio transfronterizo que han perdido cualquier perspectiva de futuro no solo con la cancelación de ese contrabando, sino con la crisis que arrastra la pandemia y cuyo reflejo está en las embarcaciones atestadas de marroquíes que llegan a las costas de España.
La de Mfidal es una de esas familias destrozadas por el coronavirus ya que la enfermedad ha segado su vida y, el fin de semana pasado, la de su hermano, natural de Castillejos pero residente en Madrid desde hace años. Unos duros momentos que están atravesando con gran tristeza. Poco antes, en agosto, también falleció una hermana de ambos, aunque ella se marchó por causas naturales.
La pena que carga ahora Mohamed Chairi Kachaf, sobrino tanto del porteador como del fallecido recientemente en el Hospital Infanta Leonor, se debe a que la situación impuesta por la crisis del coronavirus que ha conllevado el cierre de las fronteras ante la propagación del COVID 19, ha obligado a interrumpir las repatriaciones funerarias a Marruecos y el entierro de su tío en España ha sido la única opción viable.
Los decesos vinculan a los Chairi con Ceuta ya que otro familiar murió con 80 años en el Hospital de Ceuta en 2019 a causa de una neumonía y su hermana Halima, quien falleció en agosto en una clínica de Tetuán, perdió a su marido hace años en un accidente de tráfico en la ciudad autónoma, según recuerda su familia.
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