No se cuándo nos cansaremos de tanta cochambre. Conociendo mi ciudad, probablemente nunca.
Esto viene a que la calle donde vivo, la calle García, junto a los Baños Árabes, no ha visto “un agüita” desde el pasado domingo. O mejor, pasado-pasado domingo, porque desde el día 4 de agosto por allí no ha pasado más que el viento. Es decir, dos noches de Feria, más la correspondiente semana posterior, con los ahora restos (entonces eran “frescos”) de vómitos y orines en el mismo portal más toda esa suciedad “habitual” que se va acumulando mientras los idiotas paseamos los perros botellita de agua en ristre. Solo los idiotas, porque esto para los dueños listos no va.
Como ya nos conozco, me armo de paciencia unos días y el miércoles pasado registro incidencias en la Línea Verde (digo yo que por el color de los billetes) de Trace. Incidencias, en plural, porque reclamé también la ausencia de papeleras. Sobra decir que me han hecho el mismo caso en ambos asuntos: respuesta automática de la incidencia y si te he visto no me acuerdo.
Ya no se trata de la justa reclamación centro-extrarradio, no hace falta irse tan lejos. En el propio centro únicamente disfrutan de los servicios que pagamos todos, tres calles. Adivinen cuáles. Tenemos una Administración, y la vamos a seguir teniendo, del postureo, del disimulo y del gasto sin fin, eludiendo cualquier responsabilidad sobre los bienes y servicios que se administran. Pero sobre eso, como nos conozco, no espero cambios.
Solo a ver si, con un golpe de suerte, estiran un poco esos “amistosos” millones que se negocian con la concesionaria y llega para que no de asco salir de tu casa a trabajar y pagar esos impuestos con los que mantenemos a tanto mangante/inútil/enchufado (elija) que se han hecho con la ciudad a base de mucha estupidez (la nuestra) y menos vergüenza (la suya).