La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la
Guardia Civil ya ha remitido al Juzgado de Instrucción número 6 su informe, con más de 600 páginas acompañadas de 15 discos y un DVD, sobre el contenido del teléfono móvil de A.D.B., exprofesor del Colegio San Agustín que
fue detenido hace diez meses y que está siendo investigado por la comisión de presuntos delitos de corrupción de menores, tenencia de pornografía infantil y abusos sexuales. Las diligencias, en las que todavía queda por practicar cuatro declaraciones (a un adulto y tres menores), apuntan que el docente entabló relaciones con fotografías o vídeos de contenido sexual de por medio con unos quince jóvenes “especiales”, como les denominaba, con entre 12 y 15 años, todos alumnos del centro educativo que prescindió de sus servicios en enero y en el que llevaba más de 30 años trabajando. Según fuentes judiciales, ese tipo de relación se ha alargado con algunos jóvenes ya adultos hasta el punto de intercambiar dinero por imágenes de ellos desnudos o de sexo explícito.
El informe de la Benemérita supera los 600 folios con 16 CD y un DVD
En sus conclusiones, el informe de la Benemérita relata unas pautas de comportamiento parecidas en los tres años de conversaciones analizadas: comenzaba con un primer acercamiento en el centro escolar a los menores elegidos, a los que posteriormente llamaba “especiales” o “top”. El profesor se ofrecía para apoyarles en sus estudios hasta con clases gratuitas en su domicilio. Algunos estudiantes llegaban a preguntarle por el contenido de exámenes e incluso consiguieron cambios de fechas. Una vez consolidado un trato más allá de lo habitual entre profesor y alumno empezaba a pedir fotografías en ropa interior, bañador o sin ninguna prenda. Estudiantes que accedieron a visitar su casa fueron allí fotografiados con poca o ninguna vestimenta por el propio investigado. El exprofesor invitaba a esos menores a restaurantes caros de la ciudad, les hacía regalos (advirtiendo de que ocultasen su procedencia a sus padres) e incluso les ofrecía realizar juntos viajes fuera de Ceuta (a Sevilla, por ejemplo, “en un buen hotel con piscina, a todo plan”). En sus conversaciones, según las fuentes consultadas que han tenido acceso al dictamen de la Guardia Civil, ‘normalizaba’ ese tipo de relación comparándola con la que mantenía a su vez con otros jóvenes.
Los investigadores han apreciado un patrón similar de comportamiento
También se “interesaba” y decía sentirse “celoso” si se enteraba de que alguno de esos interlocutores tenían pareja o, en otras ocasiones, les animaba a mantener relaciones sexuales con ellas o a comentarlas en términos explícitos si habían tenido lugar. “El contacto que mantiene con el niño en el que se ha fijado una vez que ha ganado su confianza es diario: conoce su rutina casi a la perfección y cuando el menor pasa unos días sin contactar con él, se enfada y se lo recrimina, haciéndole sentir mal y consiguiendo un nuevo acercamiento en la mayoría de las ocasiones”, han resumido fuentes conocedoras del dictamen de los analistas. Si la contestación era evasiva o negativa no volvía a entablar contactos y se mostraba “frío” si lo hacía la otra parte. Algunas de las imágenes intervenidas en las que aparecen alumnos menores de edad se realizaron en horas lectivas, en momentos en los que el investigado, utilizando alguna excusa, sacaba de clase a alguno de esos jóvenes “especiales” y les llevaba al laboratorio. “Continuamente solicitaba que los menores se hicieran y le enviaran fotografías sensuales y con más o menos ropa en función de la predisposición del menor, que a veces respondían incómodos o mostrando rechazo”, han añadido las fuentes consultadas.