Es uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Nació en los años 20 con la cesión de terrenos a ciudadanos
Es una de las barriadas más antiguas y populosas de la ciudad. Su origen se remonta a los años 20 cuando las autoridades de la época ofrecieron una cesión de terrenos a los vecinos que quisieran instalarse en la zona. “Mi bisabuela fue una de las personas que edificó una vivienda en la parcela que le habían cedido. En principio eran casas de planta baja con tres habitaciones, un tejado a dos aguas, casi siempre, y un pequeño patio”, apunta la presidenta de la asociación de vecinos ‘El Morro’, Isabel Paniagua.
Hoy, muchos de los edificios se han remodelado para elevarse uno o dos pisos más. Durante esas reformas, los vecinos se han encontrado con claros vestigios del pasado. “Las construcciones originales se hacían con grandes piedras y arena de la playa porque no había hormigón ni cemento. En algunas casas, las vigas eran raíles del tren”, añade.
Debe su nombre al pico de un monte que puede verse desde varios puntos del barrio y de la Nacional 352. “Se llama así por el pico del monte que se ve desde la Carretera Nueva y que se asemeja al morro de un animal,”.
La zona de los pintores homenajea a importantes figuras de todos los tiempos. Goya, Murillo, Joaquín Sorolla, Francisco Ribalta o Velázquez dan nombre a varias de las calles de este populoso barrio. Ahora la asociación quiere dar un paso más y tiene en mente una propuesta para realzar la barriada. “Uno de los proyectos de la asociación es que cada grupo de vecinos elija un lienzo del pintor que nombra a su zona para ponerlo junto al rótulo”, comenta Paniagua.
Aunque siempre ha sido un barrio tranquilo y seguro, en este último aspecto la situación ha cambiado en los últimos años. “La Policía tiene voluntad pero no hay efectivos suficientes. Antes era raro que se produjeran robos o quema de coches, pero ahora se producen más atracos y eso inquieta a la gente mayor porque el no tener seguridad en tu propio barrio, que es como el salón de tu casa, es complicado de encajar”.
Las Carmelitas
El llano de ‘Las Carmelitas’ es una de las zonas más emblemáticas de esta barriada. Allí nació el ultramarino más antiguo de la ciudad que da nombre a la zona en la que ha permanecido durante casi ocho décadas. “Las Carmelitas era una tienda de comestibles que abrieron los abuelos de la persona que aún vive en esta zona. Le pusieron el nombre de su hija. Lo curioso es que cuando construyeron el edificio colindante y tiraron el testero se encontró el letrero con el nombre escrito a mano alzada”, explica Paniagua.
No era el único establecimiento de comestibles en la zona. En las cercanías se ubicaba ‘La tienda del montañés’. “En cualquiera de ella podías encontrar arenques ahumados en barriles, jamones.. Eran dos tiendas de barrio pero podías comprar de todo”, recuerda la presidenta de la asociación de vecinos.
‘La tienda del montañés’ cejó su actividad en los años 70, mientras que ‘Las Carmelitas’ clausuró el negocio hace unos años.
Habilitar zonas verdes
Desde Francisco Ribalta se disfruta de una de las mejores vistas de la ciudad, pero son muchos los que emplean la zona verde colindante como vertedero, hecho que ha derivado en la presencia de molestos animales. “Las personas que sacamos la basura no siempre tenemos la habilidad de correr más que una rata y nos las topamos siempre. Aunque la Consejería de Sanidad desratiza, la actuación es insuficiente”, se lamenta la presidenta.
La asociación de vecinos propone habilitar el área como un jardín para el disfrute de todos los ciudadanos. “La idea sería que se ajardinara con especies autóctonas de la ciudad o resistentes a los temporales de levante que aquí azotan muy fuerte. Así se evitaría que estos eucaliptos tuvieran la fuerza que tienen ahora. Hay que dejar una zona de cortafuegos porque si se produce un incendio, será muy complicado evitar que esos árboles tan altos lleguen con sus ramas a las viviendas”.
Esta actuación se completaría con la habilitación de un área que, actualmente, supone un riesgo para los vecinos y que se encuentra en el corte del pequeño barranco que va desde Francisco Ribalta a la N-352 conocida popularmente como la Carretera Nueva. “Con la construcción de la gasolinera, las placas de pizarra se movieron y pusieron en riesgo dos viviendas que tuvieron que ser derruidas. Aquí suelen venir niños a jugar, gente con sus perros o incluso a hablar por teléfono porque hay mejor cobertura. Lo que pedimos es que coloquen una protección y se aproveche el espacio con una zona ajardinada en condiciones”.
Las zonas verdes escasean en el barrio y la asociación de vecinos demanda que se habiliten las pocas áreas ajardinadas existentes. “Nos gustaría que se organizaran como jardines en terraza, pero nos cuesta mucho que se limpien y estén en condiciones. Al no tener un cuidado por parte de los responsables, tampoco podemos contar con la colaboración de los vecinos”.
En muchas de estas áreas, algunos incívicos tiran basuras y todo tipo de restos, algo que desde la AAVV quieren modificar. “Sería muy interesante sacar rendimiento a estos espacios porque en la barriada no hay zonas verdes ni parque infantil, aunque hay muchos niños”.
Escasez de aparcamientos
Si la escasez de aparcamientos es la tónica habitual en casi toda la ciudad, en el Morro es más patente por las características de las calles. “Este tema es algo complicado, porque las calles están dispuestas en terraza, son muy pequeñas y no están previstas para el tráfico y mucho menos para que cada vecinos tengo uno o dos coches en su puerta”, apunta Paniagua.
Este tema empeora con la entrada y salida de los alumnos del colegio José Acosta y la guardería que también acoge el centro escolar. “Los padres dejan el coche enmedio y el que llega detrás tiene que esperar. Es cierto que la Policía está, pero sólo en la entrada de la calle para evitar que se produzcan atascos”.
La Ciudad les ha planteado el uso de los parkings de Virgen de África y de San José, propuesta que no ha sido bien acogida por el movimiento vecinal. “Para la persona que vive en El Morro y se tiene que desplazar hasta ahí no es una solución cómoda ni práctica”.
La solución, aunque ha estado muy cerca, no se ha llevado a buen término. “Cuando han construido el nuevo edificio de la Federación de Fútbol de Ceuta, podrían haber levantado un aparcamiento de dos plazas que hubiera descongestionado mucho, pero no se ha hecho”.
Precisamente, junto a este nuevo edificio, se ubica una de las quejas vecinales, derivada de la construcción del inmueble. “Cuando empezaron a hacer el edificio metieron la pala y tiraron un camino que unía la calle Romero de Torres con la entrada a la zona trasera de las Carmelitas. Ahora si quieren salir de esa calle tienen que dar la vuelta por Francisco Ribalta o subir escaleras. Los responsables de la obra se han saltado a la torera la ley de servidumbre de paso”.