Drante estos días veremos muchos lazos morados por las calles, en edificios públicos y en todo tipo de establecimientos. Y es que desde hace unos años el morado se estableció como el color que simboliza la lucha contra la violencia de género, una lacra que este año se ha cobrado la vida de 44 mujeres en nuestro país y que ha dejado sin su madre a decenas de niños y niñas. El 25, este domingo, se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que para algunos pasará inadvertida como otra cualquiera, pero que para muchos tiene un especial significado y pretende visibilizar un problema latente en nuestra sociedad y para el que parece que aún no damos con la solución. Un lazo morado puede parecer poco, pero la voluntad de trabajar y de concienciar cada día a la sociedad para que condene y denuncia este tipo de violencia... Eso es mucho. Sin embargo hace falta bastante trabajo todavía y mucha de esa voluntad para hacer ver que la violencia de género es una lacra que se debe erradicar. Que se deben de elaborar las políticas públicas necesarias para ayudar a las víctimas, dotarlas de los recursos suficientes para enfrentarse al problema y sobre todo, ofrecer una protección real a todas las mujeres que conviven con este problema y tienen miedo a denunciar