Esta historia
comenzó con ‘Todos extraños’, a la que siguió
‘Trapos sucios’. Esta tarde, Montserrat Abumalham presentará la
novela que cierra esta trilogía, ‘Cuando el cielo era azul’, a la 19.30 horas en la
Feria del Libro de Ceuta.
¿Cómo se siente al presentar su libro en un marco como la Feria del Libro? Me hace mucha ilusión porque la novela tiene una parte que se desarrolla en Ceuta. Entonces, creo que encaja perfectamente en la idea de la Feria del Libro.
¿Qué nos puede contar sobre la novela? La novela cierra una trilogía. Tengo ya publicados los dos anteriores volúmenes en otra editorial y es una especie de retrato del siglo XX y lo que va, más o menos, del
siglo XXI. Es la visión personal de ese siglo apoyada en historias de familia y en historias interpersonales.
¿Cuál es el protagonismo de Ceuta en esta trilogía y en esta novela? En la primera de las novelas hay un importante protagonismo de Ceuta porque es la Ceuta de los años 30, aproximadamente, en la que hay una familia de origen catalán que emigra a Ceuta y que empieza a hacer su vida allí y luego en el Protectorado Español de
Marruecos. En la segunda no tiene tanto protagonismo, más bien es
Melilla el punto de interés, pero sí que tiene un cierto entronque en esa idea de un retrato de una época, los años 60, 70 del siglo XX, y, sobre todo, el contraste entre las zonas del norte de África y lo que se vive en la península.
"Tiene dos lecturas: una es la historia de amor y luego el entorno sociocultural y sociopolítico"
Para mucha gente peninsular, el norte de África era como un mundo exótico, lejano y demás, pero hay un paralelo en la realidad, y las vivencias de la gente son las mismas en Ceuta o en Melilla o en la península.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación para escribir estas novelas históricas? En primer lugar, porque yo soy natural de Tetuán, he vivido muchos años en Marruecos y he vivido muchos años en Ceuta, de forma que hay una historia de primera mano. Es decir, hay una evidencia de una realidad ambiental en la que yo participaba como ciudadana que estaba allí. Luego, por otra parte, sí hay un proceso de fijación de elementos porque la memoria a veces te juega malas pasadas y no sabes si una cosa fue antes que otra. Entonces, sí ha habido una documentación histórica, evidentemente, a partir de historias de Marruecos, historias del Protectorado, historias de investigadores que han trabajado esos temas y hay un trabajo de documentación evidente.
Cuando comenzó con ‘Todos extraños’, ¿pensó que iba a ser una trilogía o fue surgiendo conforme fue escribiendo? Fue algo que fue pidiendo el proceso de escritura. Es decir, que no quedaba rematada la visión del siglo XX y parte del XXI sin esta historia última, que en el fondo es una historia de amor. O sea, que tiene dos lecturas, una lectura, digamos, más inmediata, que es la historia de amor entre dos adolescentes que se van haciendo mayores a lo largo del tiempo, y luego el entorno sociocultural, sociopolítico, que va avanzando y que va avanzando con la vida de estas personas también.
Además, tiene publicados unos relatos que ocurren en Centroamérica. Sí, porque tengo una pequeña ONG, comparto con algunos socios una pequeña asociación que trabajamos en Centroamérica, fundamentalmente en Guatemala. Entonces, mis vivencias durante casi quince años, de ir allí todos los años y demás, pues me permitieron reunir una serie de historias, y ese es el libro de la Ceiba y el Quetzal, que es quizá el primer texto con intención literaria que yo saqué.